Como se sospechaba, hay mano negra en la suspensión que obtuvo Eduardo López Betancourt para obligar a la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM) a restituirlo como catedrático y presidente del Tribunal Universitario.
El juez, Gabriel Domínguez Barrios, ordenó a la UNAM, el volver a nombrar como Presidente del Tribunal Universitario al polémico personaje, a pesar de que el Juez tiene una historia tan oscura en el Poder Judicial, como la del propio López Betancourt en la Universidad. Se reporta en versiones periodísticas los atentados en su contra y que ampara a los malosos, estas son parte de los hechos que se destacan en la currícula del impartidor de justicia. Pero para efectos del tema que ha cimbrado a los académicos, así como a los especialistas en la educación universitaria. Lo importante está en los otros datos, los de las redes de relaciones personales, amistosas y familiares de Domínguez Barrios,
Resulta que el juez es amigo personal de Félix Salgado Macedonio y del propio López Betancourt, además de ser el compadre de Zulma Carbajal Salgado, una muy activa sobrina de Salgado Macedonio, e n el mundillo político de Acapulco, Iguala y en otras regiones de Guerrero, se sabe que Salgado Macedonio tiene en la bolsa a ese juez, así como todo el mundo entiende que López Betancourt es, además del abogado, el padrino y la guía moral del "Toro sin Trancas".
Con esos datos y en estos tiempos de componendas y compadrazgos, con esa red de relaciones de amistad, no es nada difícil entender qué ocurrió y por qué, en el extremo del cinismo y el ridículo, el juez Gabriel Domínguez decidió ordenarle a la UNAM, no a qué profesor reinstala, porque López Betancourt nunca fue despedido, sino, qué maestro da clases y cuál encabeza la instancia de justicia universitaria de la institución; un asunto que, en estricto derecho, corresponde únicamente al gobierno ya la organización interna de la universidad, que por eso es una entidad autónoma.
La resolución, que además de violar la autonomía universitaria, viola los derechos de la alumna acosada y perseguida por Eduardo López Betancourt, pues interfiere directamente, al dejarlas sin efecto, las medidas cautelares dictadas por otro Juez, donde se juzga por acoso sexual agravado al profesor “rabo verde”.
La UNAM no puede, no debe acatar la resolución del juez amigo de López Betancourt y Salgado Macedonio, no solamente porque al hacerlo violaría la resolución del juez que seguramente el profesor no se acerque a la alumna Lourdes Ojeda. También porque está obligado, antes que a atender las órdenes sin sustento legal y con un tufo inconfundible de amiguismo, compadrazgo y corrupción, a velar por la integridad física y emocional de las alumnas, y también de los alumnos, que acuden a sus aulas diariamente.
Por lo pronto ya existe un anuncio de la Universidad Nacional Autónoma de México, tibio, pero claro, en el sentido de que la máxima casa de estudios combatirá la suspensión que ordena devolver a López Betancourt sus clases y la Presidencia del Tribunal Universitario. Por su parte, la víctima del abogado guerrerense ya anunció que también promoverá, como tercera interesada, la anulación de la suspensión que el "juez amigo" le concedió a López Betancourt. Lo que falta en este caso es saber qué pensará, Arturo Zaldivar Lelo de Larrea y el Consejo de la Judicatura al respecto del "juez carnal", Gabriel Domínguez Barrios, pues no solo se fue hasta la cocina violando la autonomía de la UNAM, también llevó al Poder Judicial Federal en entredicho al atropellar un juicio por violencia de género en contra de un poderoso, justo cuando la Suprema Corte acaba de librarse, por los pelos, pero con una resolución categórica, del enorme escándalo que supuso el encarcelamiento de una mujer , Alejandra Cuevas, acusada, procesada y encarcelada injustamente durante dos años, por un delito que ni siquiera existe en ningún código penal. Después de ese escándalo, el Consejo de la Judicatura no puede dejarse arrastrar a otro caso de injusticia en el procesamiento de un asunto de violencia contra las mujeres, como el que protagonizan Eduardo López Betancourt y su "juez amigo".