Ataque directo contra la UNAM

La posición del rector de la UNAM entró en un momento de franco deterioro que podría ser terminal. Conocido como el protector y promotor del acosador

Eduardo López Betancourt, el hombre que tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la UNAM ahora enfrenta, además, la acusación directa de no formar médicos con conciencia social. Eso le da al gobierno de Morena, es decir, al presidente Andrés Manuel López Obrador, la justificación que necesita para contratar cubanos.

La protección a López Betancourt, evidenciada con el silencio de Enrique Graue durante la investigación, la imputación y la sujeción a proceso, finalmente, el profesor acosador, dejó al rector suficientemente débil para tambalearse con el siguiente gran golpe, lanzado por sus “amigos” , del gobierno de la 4T.

Los señalamientos la mañanera del presidente López Obrador del lunes 16 de mayo confirman el sentido de su declaración de la semana anterior sobre la falta de médicos especialistas en México, como explicación y justificación para importar cubanos al sector salud.

La culpa es de la UNAM, es decir, de su rector y sus ex rectores, tres médicos en fila: Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue, que no solo no han formado médicos mexicanos con conciencia social, sino que de plano planteó a la universidad nacional al servicio de los intereses del proyecto neoliberal. Esa, en resumidas cuentas, es la postura y la idea del presidente sobre la principal universidad del país y sobre el rumbo que ha tomado, con los médicos como sus directivos.

“Es como el caso, con todo respeto, de mi ama mater, de la UNAM, y como yo siempre digo lo que pienso, no me voy a callar, a reclamarles de que enfrentamos la pandemia y en vez de convocar a todos los médicos y estudiantes a enfrentarla, a ayudar, se fueron a sus casas… Eso no deben hacerlo las universidades ni públicas ni privadas, pero mucho menos las públicas y mucho menos la UNAM.” expreso

Esas son, textuales, las palabras y las ideas del López Obrador sobre la conducción de la universidad nacional durante la emergencia sanitaria, que se agregaron a lo que el mandatario ya había expresado en octubre de 2021 sobre la institución cuando anunció que la universidad “… fue tomada, puesta al servicio del régimen, y se cooptó a académicos que se reforzaron en ideólogos del neoliberalismo, sobre todo en el gobierno de Salinas, y ya no se tocaron los grandes y graves problemas nacionales en la UNAM.”

Por más que se les pretenda suavizar, no hay mucho espacio para la interpretación en las palabras del presidente López Obrador. Su reclamo es directo, concreto y sumamente actual, pues no solamente se refiere a la época salinista que terminó hace casi 30 años, sino a la conducción ya las decisiones tomadas por la cabeza de la UNAM durante la Pandemia, que todavía no termina, en materia de salud.

Cualquiera que sea la motivación, los reclamos de López Obrador a la UNAM tienen un destinatario específico: el alicaído rector, Enrique Graue, pero también un gremio en particular: el médico, pues nadie puede considerar que las palabras del presidente sobre la conducción de la UNAM en los últimos años, y el hecho de que la institución lleve casi 23 años en manos de médicos, sea una mera casualidad.

Del rector muy poco se puede esperar ante la nueva puya presidencial a la institución. Enrique Graue ya antes guardó silencio frente a los ataques de López Obrador, así como guardó silencio hace unas semanas, cuando el presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldivar, lo regañó en público, durante un acto de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), por proteger y hasta premiar a profesores acosadores de mujeres. Ahora volverá a guardar silencio frente a López Obrador, pues “ocultarse” y agacharse en los momentos complicados es parte de su estilo personal de dirigir a la UNAM. De José Narro y Juan Ramón de la Fuente, los otros médicos ex rectores, tampoco se puede esperar una defensa a la universidad. Uno no encuentra acomodo luego de que su partido, el PRI, perdio el poder,

Mientas Graue se esconde, en Palacio Nacional parece prepararse una noche de cuchillos largos, sobre todo el gremio médico, con la intención de tomar por asalto la UNAM. La razón es que parece claro que, al día de hoy, la institución carece de un liderazgo que, con inteligencia y sagacidad, pero también con decisión, haga valer lo que significa la autonomía universitaria, pero también defienda la participación y las aportaciones de la Máxima Casa de Estudios, al desarrollo nacional.

Eduardo Ramos Fusther
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@RamosFusther
Licenciado en Derecho (TEC), Licenciado en Seguros y Fianzas y Administración de Riesgos (Universidad Marista). Maestrante en Pedagogía (Universidad YMCA). miembro del Consejo Nacional de Honor de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT). Titular de "El Punto Crítico Radio". Editor del periódico El Punto Crítico. Con 50 años ejerciendo el periodismo.