En unas cuantas horas, el presidente, Enrique Peña Nieto, rendirá su Primer Informe de Gobierno de manera inédita en la Residencia Oficial de los Pinos junto a personajes de la alta alcurnia mexicana entre gobernadores, legisladores, jueces, académicos y empresarios, por lo que Punto Crítico les da a conocer como se fueron privatizando los mensajes a la nación a través de los años.
Según el investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), Rojano García, los informes de gobierno fueron cambiando a través del tiempo, desde eventos populares, hasta pequeñas reuniones.
El primer presidente en rendir un informe fue el general Guadalupe Victoria, quien, a pesar de que no estaba obligado, se presentó ante el Congreso para dar cuenta sobre la marcha de su gobierno.
Más adelante, el 4 de enero de 1835 el presidente Antonio López de Santa Anna se presentó ante el Congreso, no lo hizo para hablar sobre la marcha de su administración, sino para atacar las medidas radicales emprendidas por su antecesor, el federalista Valentín Gómez Farías.
Situación similar vivió Benito Juárez con la invasión francesa y la instauración del gobierno monárquico de Maximiliano de Habsburgo. En su informe del 31 de mayo de 1862, Juárez aseguraba que el pueblo apoyaba el orden legal que emanaba de la Constitución de 1857 y rechazaba “con indignación los proyectos insensatos.
Sin embargo, al abrirse el primer periodo de sesiones del Congreso de la Unión, el 8 diciembre de 1867, Juárez anunció la victoria sobre los imperialistas y la determinación de fusilar a Maximiliano, en tanto era un acto de justicia que afianzaría la paz y pondría fin a las convulsiones internas y a todas las calamidades que habían “afligido a nuestra sociedad” debido a la guerra.
Con la llegada de Porfirio Díaz al poder se inició una nueva etapa en el país bajo la divisa de orden y progreso. Como encargado del Poder Ejecutivo, Díaz se presentó ante el Congreso el 1 de abril de 1877 para anunciar que comenzaba la época de la reconstrucción constitucional.
Conforme avanzaba su régimen, se podía escuchar en sus respectivos informes: “En el curso de la anterior reseña, habréis advertido que los adelantos de la administración pública en general corresponden a los que marca felizmente, desde hace algunos años, el progreso de la Nación Mexicana”, decía en cada mensaje presidencial.
En cambio, la vida institucional se trastocó a tal grado que los tres presidentes que atravesaron la década revolucionaria Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza poco tuvieron que informar de aquello que no tuviera que ver con el estado de guerra en el país.
El momento era sumamente complejo y el presidente Plutarco Elías Calles así lo entendió: El llamado de Calles se materializó en la fundación del Partido Nacional Revolucionario, antecedente del Partido Revolucionario Institucional, que gobernaría ininterrumpidamente al país durante más de 70 años.
Como dato curioso, Adolfo de la Huerta fue el primero que utilizó un automóvil para trasladarse a la Cámara de Diputados.
El primer informe presidencial televisado fue el de Miguel Alemán Valdés en 1952, mientras en 1935, el informe presidencial del general Lázaro Cárdenas fue transmitido completamente por radio en el cual anunció los beneficios de la expropiación petrolera.
La diputada veracruzana Luz María Zaleta de Elsner fue la primera mujer en contestar un informe presidencial. En 1966 respondió el II informe de Gustavo Díaz Ordaz.
Durante su sexto informe presidencial en 1982, el presidente José López Portillo lloró al anunciar la crisis financiera por la que atravesaba el país, mientras años más tarde, el Centro Médico Nacional Siglo XXI y el Palacio de Bellas Artes fungieron como recintos legislativos para la presentación de los informes del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Al igual que Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo también enfrentó críticas. En su segundo Informe, el 1 de septiembre de 1996, el diputado del PRD Marco Rascón utilizó una máscara de látex con la figura de un cerdo y una pancarta con la leyenda: “Desde el poder, derecho único para desestabilizar al país”.
Con Vicente Fox, los informes fueron ya más breves. Su última entrega, el 1 de septiembre de 2006, ocurrió a unos meses de la elección en que Felipe Calderón Hinojosa fue nombrado presidente, en un proceso electoral cuestionado e impugnado por el perredista Andrés Manuel López Obrador.