Neville Chamberlain el primer ministro inglés, que firmara los acuerdos de Múnich con Hitler y
Mussolini en 1938, tratando de evitar la guerra con Alemania, a sabiendas de la desventaja armamentista de Inglaterra, hay quienes sostienen que su intención fue para que Inglaterra ganara tiempo y prepararse ante la inminente Guerra Mundial que se desataría en 1938.
En mayo de 1940 lo sustituye Sir Winston Churchill, ante el escenario desolador de la Guerra, los ingleses necesitaban a un líder, un estadista que uniera a todos en torno a la contingencia que significa una guerra.
En Francia, durante la guerra el Mariscal Philippe Pétain Jefe del Estado francés durante la guerra de 1940 a 1944, le tocó enfrentar la invasión alemana, también fue criticado en su patria y en 1944 lo sustituye el jefe de la resistencia francesa Charles de Gaulle. Lo único que sucedió es que las condiciones de paz en que fueron electos cambiaron y ante un escenario bélico, Francia e Inglaterra necesitaban otro tipo de gobernante, fue una decisión sabia de sus pueblos, y eso les salvó.
Inglaterra y Francia, son ejemplos de pueblos que cambiaron a sus gobernantes cuando fue necesario ante una contingencia mayúscula, Chamberlain y Pétain tuvieron que sucumbir y aceptar la decisión de sus pueblos, cuando reconocieron honestamente, que ya no podían ofrecerle más a sus patrias, con dignidad, como heroicos hombres de Estado, tuvieron la gallardía, el coraje, el valor y la honestidad de cederle el paso a dos hombres con el perfil de gobernante que necesitaban, ante la contingencia y antes de ver a sus pueblos caer en el caos y la derrota, se fueron.
La pandemia ha puesto a prueba a los pueblos, ante condiciones inesperadas, inéditas, que por sus consecuencias, se vislumbra devastadora, letal y destructiva, peor que cualquier escenario que haya sufrido México, en su historia reciente.
Los muertos, el empobrecimiento, los daños económicos, la pérdida de empleos, inseguridad, energía, salud, educación para nuestros niños y jóvenes, el deterioro de las comunicaciones, la gobernabilidad y todo lo que significó progreso, están en peligro.
Ante grandes males grandes remedios, como en las guerras, los pueblos echan mano de sus mejores mujeres y hombres para sortear la adversidad, cuando las condiciones cambian, sociedad y gobernantes se adaptan y en un acto de honestidad valiente están obligados a ceder su lugar a los mejores. Es momento, de hacerse a un lado, sacrificarse por la Patria, cediendo el paso a los mejores, por amor a México. Nunca privilegiar orgullo, arrogancia o vanidad.
Los mexicanos queremos un patriota comprometido, ajeno a protagonismos, necesitamos un gran líder, que sea capaz de convocar a los mejores mexicanos, es momento de sumar experiencia, de desechar rencores, diferencias, resentimientos y traumas, en aras de la Patria.
Qué conmovedor sería, tener un líder que pueda unificar con humildad la experiencia de todos.
México necesita un líder, un Estadista, que sepa escuchar y hacer lo que le aconsejen, no que haga su capricho y necedad por arrogancia y vanidad, que convoque a una gran unidad nacional, con la calidad moral y altura que lo mismos lideres de todos los colores, reconozcan en una situación de contingencia y emergencia. Que no será quien insulta, siembra odios, rencores y promueve la venganza. México dividido, enojado, enfrentado, insultado, ofendido y agraviado, en la contingencia es vulnerable a todo.
Construyamos un México unido y sólido ante la contingencia, juntos hombro con hombro y de la mano, mujeres y hombres, científicos, médicos, camilleros, afanadores, enfermeros, periodistas, abogados, profesores, empresarios, campesinos, ganaderos, inversionistas, intelectuales, políticos sin excepción, hasta expresidentes, que han tenido esa misma responsabilidad en otro tiempo, que puedan aportar su experiencia y los conocimientos de los miembros de sus mejores equipos, que en un gran pacto de unidad, responsabilidad y solidaridad con México, excandidatos que ya se ocuparon en estudiar los problemas nacionales y ofrecieron sus soluciones, a los exgobernadores, exlegisladores, expresidentes municipales, todos sin exclusión, incluyendo a quienes por mi mala memoria no nombré, pero que tienen mucho que aportar, mujeres y hombres que aman a México, que hermanados, nos organicemos y nos apliquemos a la solución de los problemas que se nos vienen encima. Con un México unido, así y solo así, seguro que muy pronto seríamos de los primeros países que salgan adelante,
No tenemos a un mexicano honesto, dispuesto a sacrificar su arrogancia y orgullo y hasta su lugar en la historia, por su Patria, por las vidas de muchos mexicanos que pueden morir por negligencia del gobierno.
Grandes hombres como Chamberlain y Pétain que sacrificaron todo, por salvar vidas y a sus Patrias cuando supieron y aceptaron que ya no podían hacer más por su país cedieron su lugar a los mejores para ese momento.
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@Eduardo Sado