Alrededor de cuarenta y cinco minutos bastaron al Presidente Obrador para leer el mensaje sobre la obligación de informar al pueblo de México,
criticado por sus “adversarios” aplaudido por sus simpatizantes, cumplió con un protocolo institucional, dar un mensaje a la nación en el día de presentar al pueblo un informe. El escenario: la pandemia; los muertos por violencia a manos de la delincuencia; la crisis económica consecuencia de ésta; el desplome del empleo; la crisis de Pemex; el desabasto de medicamentos para niños con cáncer; el abasto insuficiente para personal médico que atiende casos de COVID; la corrupción en el seno del gobierno que el gobierno encubre desde Palacio o no quiere admitir; la tozudez del Presidente de no escuchar a la opinión de los expertos dentro de su gobierno que han renunciado y le necedad de construir una refinería en Tabasco su tierra.
Durante el informe, dejó en claro que su principal tarea ha sido la lucha contra la corrupción, pero nos preguntamos, cuál, la de gobiernos anteriores o del actual, porque sigue siendo una asignatura pendiente aclarar las propiedades del la Secretaria de la Función Pública y su esposo el doctor (sin cédula) Ackerman, si consideramos la responsabilidad de control contra la corrupción de la Secretaría de la Función Pública, entonces el tema se vuelve complicado, por el conflicto de interés y la pérdida de autoridad moral, única fortaleza de la llamada 4T, que da en la piedra angular del principal postulado del Presidente Obrador.
Es evidente que la proclividad mesiánica del Presidente le ha hecho pensar que sus postulados, sino es que su gobierno, trasciendan entre la población y si se lo permiten, permanecer en el poder por mucho tiempo.
MORENA le devolvió vigencia a la ancestral frase priista “Tener poder, para poder tener” sin decir ni “pio”.
El presidente se ha ido adecuando a su nueva vida, vivir en Palacio cambia a las personas, ya no basta solo un par de zapatos, ni una sola corbata, ni un solo traje, se justifica que vivir en un palacio, por más que se digan mil cosas a favor de los pobres, se entiende que las personas se vuelven totalmente Palacio.
Alabanza en boca propia es vituperio, decir en un informe que se tiene el mejor gobierno en el peor momento, al Presidente le resulta natural, pero sorprende a los mexicanos que sea el mismo presidente, quien tenga que hablar bien de él mismo, el motivo puede ser, que se ha perdido el piso, exceso de arrogancia, falta de modestia o exceso de cinismo, una de estas razones o todas juntas.
El otro tema son las comparaciones con grandes héroes de México, decir que es insultado igual que Madero, primero es sentirse igual que él, y en una de esas hasta un poco más que él, total en eso puede no haber nada de malo, pero lo que si nos consta a todos los mexicanos, que tampoco – y en eso no hay igual – ningún presidente había insultado tanto a un sector de mexicanos. Ojala que pronto recapacite y se asuma como presidente de todos los mexicanos, que respete la Constitución y las Leyes que de ella emanan y que enfrente, aclare o ponga remedio a los actos de corrupción de su equipo y familiares, por el bien de su prestigio, por el bien de la institución presidencial, por él mismo y por México.
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@Eduardo Sadot