Desde el debate en la última campaña presidencial, el presidente degluto su opinión sobre sus enemigos, recordemos entonces que subrayó
que lo habían regañado, por decirles de ese modo – enemigos – y que eran solo sus “adversarios” se entendía como sucedió en elecciones anteriores, pasado el proceso, parafraseando a Serrat “y con la resaca a cuestas, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas” pero nunca hubo la intención de que fuera así, el resentimiento del presidente, sus rencores y amarguras, tornaron en venganza.
Un gobernante debe saber que el poder que tiene nunca debe ser usado para satisfacer sus instintos, debe controlarse y saber perdonar, ser piadoso, gobernar para todos, inclusive hasta para los que no hayan votado por él.
Ya en el poder y desde la mañanera un día si y otro igual, sin recato ni vergüenza, da rienda suelta a sus odios, fobias, rencores y resentimientos y olvida lo que él mismo recomienda, “serénese criaturita”.
La grandeza de un ser humano se consolida por el sentimiento de magnanimidad, esa actitud modesta y hasta humilde, que hace grandes a los seres, que los hace sabios, esos que no necesitan decir lo que son, como el elefante, que no necesita decirles a los demás que es grande, solo se limita a caminar.
Los primeros misiles fueron contra Ricardo Anaya, manejando todo lo inimaginable para hundirlo y hacerle sentir el peso del poder presidencial, faltaba más, pues obrador piensa que para eso es presidente, como dice él mismo, “imagínense” a un presidente cuya obsesión es pensar como fregar a sus enemigos, en vez de estar pensando como hacer mejor la vida del país o como resolver la gran cantidad de problemas desde el gobierno, pero “imagínense” un presidente que “dice” que escribe libros, filosofa, viaja come, en las carreteras, “gobierna” y tiene tiempo para lucubrar ataques a sus enemigos, porque eso son eh, aunque les diga adversarios, para el son enemigos, pues por eso México está como está, se hacen las cosas sin planificación, sin diagnósticos sin evaluar consecuencias, esas mismas que resultan más nefastas que el pretendido remedio.
Algo igual le sucedió al Bronco, otro que estuvo en el famoso debate en el que emberrinchado se salió, nuevamente, dando rienda suelta a su ira y ahí está el Bronco, preso, pero de ahí puede seguir los pasos de Mandela.
Se dijo que la llegada de Alejandro Moreno a la presidencia del PRI, era para tener controlado a su presidente, antes gobernador de Campeche, quien hiciera fuertes declaraciones relacionadas con el entonces candidato de MORENA, al llegar a la presidencia del PRI Alejandro Moreno, como buen político, se mostró cauto en sus declaraciones, no por temor, sino por respeto a la investidura presidencial, pero el respeto se gana y el presidente obrador nunca hizo nada para granjearse el respeto de nadie, tiene fanáticos, pero no gobernados, a los mexicanos los divide entre sus solovinos, fanáticos o mascotas y adversarios, conservadores y neoliberales.
A consecuencia de la solidez demostrada por los diputados priístas, con la excepción de su paisano campechano ese hijo del gobernador, al que dejara en su lugar Alejandro Moreno, a sabiendas de que el papá y el diputado en cuestión, como dijera Cervantes “de cuyo nombre no quiero acordarme” era bien visto por su cuate Obrador, inclusive el congreso mayoritariamente morenista, aprobó por unanimidad su nombramiento, el oponerse a la reforma energética de obrador comenzaron ataques contra el presidente del PRI, grabaciones, que dicen poco, pero sí, ya ataques francos y directos en su contra y del Partido que dirige, lo interesante es que, ha quedado al descubierto que Alejando Moreno no se amilana, no le tiene miedo al presidente y como los toros bravos, se crece al castigo, porque le fortalece en su liderazgo, al sostenerse en su dicho y no temer los ataques, un elemento de los tiempos que corren es que a pesar de lo que digan las encuestas, el presidente obrador ha hecho evidente que no tiene a nadie de confianza, comienza a resentir el paso del tiempo y la disminución paulatina de su poder real, nunca dio confianza ni respeto a sus colaboradores y hoy es demasiado tarde, obrador esta necesitado de amor, así funciona él, recordemos su frase “amor con amor se paga” pero cuando el poder se ejerce con maniqueísmo, se queda solo, cosecha lo sembrado y parafraseando a Zorrilla “los muertos que ayer enterrabais, hoy gozan de cabal salud, que serán sus verdugos y fantasmas.
Eduardo Sadot Morales
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Twiter: @eduardosadot
Instagram: eduardosadotoficial
Tik tok: Eduardosadotoficial