Lo sucedido el pasado jueves 20 de noviembre, aniversario de la frustrada Revolución Mexicana, con marchas de protesta en más de 20 estados de la República, una docena de ciudades de Estados Unidos y cerca de 30 países de todo el mundo en contra de la violencia, la corrupción y la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa exige un profundo análisis.
El clamor popular de miles y miles de personas por justicia y paz se extiende ya a la solicitud de renuncia del Ejecutivo Federal lo que debe encender los focos rojos de la administración federal, pues si no actúa con eficacia, eficiencia y rapidez para dar certidumbre de efectivamente vivir dentro de un régimen de derecho se pondrá en riesgo su vigencia.
Por desgracia el gobierno no ha podido dar esa certidumbre y por el contrario sus acciones y reacciones ante la violencia y corrupción manifiestas abren más dudas de las que pueden aclarar.
Las muestras de inconsistencia del gobierno federal son innumerables, desde las versiones puestas en duda sobre la incineración de los jóvenes de manos del cártel Guerreros Unidos o la detención de los Abarca en Iztapalapa, hasta las sospechas de conflicto de interés en el caso de la mansión (famosa Casa Blanca) de Angélica Rivera o la cancelación del resultado de la licitación del tren México-Querétaro.
Todavía, este fin de semana fueron encontradas en Iguala 11 nuevas fosas con restos de indeterminado número de cuerpos, lo que viene a agravar la tensa situación e irritación social que de nueva cuenta se expresará en las calles el próximo primero de diciembre justo cuando Enrique Peña Nieto cumple dos años en la Presidencia de México.
En el contexto actual, en el que el reclamo se extiende a los ámbitos deportivo y artístico donde aparecen pancartas, grupos de protesta y hasta los mismos protagonistas expresan su disgusto por la triste realidad nacional, poco ayudan las declaraciones oficiales de condena a la manifestación social como la hecha por el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz.
Fustigar los actos “mezquinos de quienes enmascarados, en grupos minoritarios y el rostro encubierto laceran nuestra nación” y mostrar incapacidad para dar tranquilidad, paz y efectivo régimen de derecho a la ciudanía no muestra congruencia. ¿Qué lacera más a la nación?
SUSURROS.- Hasta un conflicto internacional generó ya la lacerante situación nacional. El presidente de Uruguay, José Mujica, observó a México como gobierno fallido lo que provocó la reacción inmediata de la cancillería que logró que el mandatario sudamericano se desdijera y respaldara la administración peñista… Muy incierto el futuro del PRD ante la elección de candidatos a puestos de elección popular para los comicios 2015 por la pugna interna reanimada con la demanda de renuncia al actual comité directivo nacional por parte de Cuauhtémoc Cárdenas. Ya están los dos bandos claros, los Chuchos y los cardenistas. Lo cierto es que los primeros no soltarán el PRD aunque se queden solo con el cascarón, aunque hay que admitir que el membrete del Sol Azteca aún deja muchos millones de pesos en presupuesto del erario.