Se podría afirmar que en la capital de la República este fue el año del Metro, del Sistema de Transporte Colectivo, que tantos dolores de cabeza le ha dado al Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Desde el inicio de año se sufrió con el incremento a la tarifa de 3 a 5 pesos con una serie de ofrecimientos de mejoras en el
servicio y la eliminación de ambulantes y vagoneros en el interior del sistema, pero el director general del Metro, Joel Ortega, con nada de ello ha cumplido.
El alza provocó que amplios grupos sociales se incomodaran y durante semanas se saltaron los torniquetes de acceso, popularizándose el “pues, me brinco”, impulsado por los inconformes desde las redes sociales.
Vino luego la suspensión del servicio de la Línea 12 que afecta a medio millón de personas diariamente y hasta la fecha no se tiene ni idea de cuándo podría reanudarse el servicio ni tampoco cuánto costará su onerosa reparación.
Además las fallas y suspensiones temporales en el servicio en las otras líneas han sido continuas y nunca tan frecuentes como ahora, sin que se dé mayor explicación de ello a los más de cinco millones de usuarios que a diario sufren el servicio.
Un diario capitalino recién reportó que en las horas pico en las terminales de la línea 1 y 2 el usuario puede requerir de hasta media hora solo para poder subir a una vagón, por lo saturado del servicio.
También mucho se ha advertido de los crecientes riesgos que existen de accidentes graves ante la falta de mantenimiento adecuado y oportuno en instalaciones, andenes y trenes, especialmente en los sistemas de frenos y cerrado automático de puertas.
A todo ello, Joel Ortega responde con gran desfachatez que cuando “se aprobó” por los usuarios el incremento a la tarifa en una encuesta en la que nadie creyó nunca ofrecieron fechas para cumplir con las promesas de mejoras en el servicio.
Incluso Ortega dice ahora que el cambio en el sistema de tracción-frenado y el de puertas en 85 trenes podría durar hasta cinco años más y hasta se ufana de que otros metros de Latinoamérica piden aprender de las experiencias de la ciudad capital, pero lo hacen para no repetir los errores y no copiar lo que aquí se hace mal.
Lo que no se entiende es por qué Mancera, quien ha ofrecido un mejor servicio y hasta ampliarlo en 45 kilómetros para incrementar la cobertura hacia Chalco y Ecatepec en el Estado de México, no ha removido del cargo a Ortega, quien desde el inicio le ha dado más problemas que resultados.
Ambientes y Barrios
El presidente municipal de Tlalnepantla, Pablo Basáñez, ha endeudado al ayuntamiento por más de mil millones de pesos hasta fines de 2015 lo que pone a las finanzas locales en condiciones críticas toda vez que sus pasivos rebasan sus ingresos recaudatorios anuales que para el presente año se estiman en 950 millones de pesos. Tan solo la deuda de largo plazo asciende a 936 millones de pesos. Pero Basáñez está feliz porque ya “patió la deuda” con una reestructura a 20 años, vaya solución.
No son pocos los secretarios del Gabinete, Jefes delegacionales y diputados locales que andan nerviosos con la solicitud del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, de hacer públicas sus declaraciones patrimoniales que deberán entregar a la Contraloría antes del 15 de enero próximo. Muchos saben perfectamente que sus bienes superan en mucho sus ingresos conocidos, lo interesante ahora es saber si cuando se descubran grandes fortunas se actuará en consecuencia o esto será solo una simulación más.