En tanto, en Francia, tras los atentados islamistas que dejaron 17 muertos, por las caricaturas satíricas sobre Mahoma, publicadas en el semanario “Charlie Hebdo” -la cual en su portada con un tiraje de más de 3 millones de ejemplares, salió, nuevamente a la luz pública- , y revivió políticamente a su presidente Francois Hollande, quien
prácticamente estaba en la lona, en México, en la cúpula del poder se hace la pregunta: ¿o el gobierno federal es incapaz de resolver el conflicto de Ayotzinapa o, de plano, nadie quiere resolverlo?
Por ello, aquí hay otra pregunta sin respuesta: ¿quién le entra a la ruleta rusa para dar a conocer que los 42 desaparecidos ya están muertos en Iguala?
¿Quién se aventará ese tirito, como dirían en los barrios?
¿Será el secretario de Gobernación?
¿Será el Procurador General de la República?
¿Será el jefe del gabinete de Enrique Peña Nieto?
¿Será el propio presidente de la República?
En el caso de Francia, hay una cosa cierta: los sistemas de espionaje y de inteligencia política y policial fracasaron, pero, no fue así la respuesta y, rápidamente se hizo control de daños y ubicaron a varios de los culpables y les dieron muerte y acabaron con el problema, de momento. Fue el propio presidente galo quien encabezó una marcha -acompañado de mandatarios de Europa central (Alemania, España, Italia, etc.)- de más de 4 millones de personas para repudiar los ataques a la libertad de expresión. Hasta el actor George Clooney, al recibir el premio Cecil B. DeMille, por su trayectoria puso en su pin que llevaba en el saco "je suis Charlie", en la entrega de los Globos de Oro en el Beverly Hilton.
Si se hace memoria, el presidente Hollande, quien estaba en el suelo, se subió a los cuernos de la luna con esta acción contundente, tras del desprestigio en que se ha sumido su gobierno. Sus affaires amorosos (inclusive ya se hace una película, basada en un libro que hace su ex esposa, sobre su infidelidad y sus preferencias en el dormitorio), le restan popularidad, aparejado con fallidas estrategias para resolver problemas de desempleo, etc., etc.
Pero, ¿por qué allá si hay otros resultados tras una tragedia como la sucedida?
Todos estaremos de acuerdo en que el presidente Enrique Peña Nieto no es el culpable de lo que sucedió en Ayotzinapa. Entonces ¿Por qué estamos como estamos?
Para no variar, lo sucedido hace 48 horas, en Iguala, de que normalistas y maestros intentaron ingresar al cuartel del Batallón 27 de Infantería, ubicado en ese municipio y lanzaron piedras, palos y cohetones contra elementos de la Policía Militar, habla ya de que el conflicto está tomando otro cariz.
Nada grato anticipa de lo que sucederá en los próximos días.
Otro error estratégico que está ya pegando a la cúpula del poder, así como a los "things tanks" -tanques pensantes del Presidente- es la pésima reacción que tuvieron cuando los papás de los normalistas acusaron al Ejército Mexicano de que habían cremado a los 43 estudiantes en los hornos de esta institución.
La respuesta fue negativa, desde luego, pero, la estrategia es errada porque si tiene o no el Ejercito hornos crematorios, ya no es lo importante. Se sembró la duda y no hubo reacciones más contundentes para acabar con estas supuestas acusaciones.
La pregunta, desde luego, será quien le entrará señalar que los 42 normalistas ya están muertos. ¿Quién será el valiente?
Nadie le quiere entrar, obviamente, pero, ¿Qué pasará entonces?
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.