El gobierno federal finalmente tuvo que tomar medidas que todos, salvo los incondicionales y abyectos defensores del priismo no querían ver, ya preveían con la caída tan estrepitosa que ha tenido la mezcla mexicana de petróleo -a menos de cuarenta dólares, el barril- y se anunció un recorte de 124 mil millones de pesos en el presupuesto para
este, estimándose así una tasa de crecimiento, cuando mucho, del 2.5% del Producto Interno Bruto.
La Secretaría de Hacienda había estimado, muy optimistamente, que creceríamos el PIB en este año del 3.2 a un 4.2%, lo cual cayó estrepitosamente hasta el 2.5%, dado que el seguro que se compró previendo una caída del precio del petróleo, sólo alcanza a cubrir unos 52 mil millones de pesos.
Se recordará que el coordinador de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, afirmó que no había que preocuparse y que el país estaba tranquilo a pesar de que ya se anticipaban recortes al presupuesto para este año, como así sucedió, al anunciarlo Luis Videgaray.
Al haber menos dinero, el presidente Enrique Peña tuvo que aceptar que los proyectos como el Tren México-Querétaro y el Tren Transpeninsular, tenían que suspenderse (el primero) y cancelarse definitivamente el segundo. Además, el gobierno federal anunció que se regalarán sólo 10 millones de televisiones y no 13 millones como se había previsto originalmente.
No hay que tener un bola de cristal para asegurar que el gobierno federal no aplicará el apagón analógico, medida que había anunciado en este año ejecutaría, ya que entonces dejarían a millones de personas sin la posibilidad de ver la tv abierta, porque entonces las protestas serían múltiples y, entonces, la gente votaría en contra dado que en este año se renovará la Cámara de Diputados, la ALDF, nueve gubernaturas, así como más de mil alcaldías en todo el país.
El gobierno federal no se va a echar la soga al cuello y al menos, hasta el mes de julio no aplicará el famoso apagón analógico porque sería una catástrofe electoral para el priismo.
Como resultado del anuncio de la baja de las metas de crecimiento, el dólar rebasó los 15 pesos y se colocó a $15.20, con lo que la devaluación de nuestra moneda frente a la divisa norteamericana sigue a la alza. No hay que olvidar que, al menos las administraciones de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, que no fueron presidentes para vanagloriarse de lo exitoso que fueron para México, no devaluaron tanto nuestra moneda, y ahora, a nivel popular, la gente establece que presidente que devalúa, presidente que se devalúa.
Esa es la realidad que se vive en Los Pinos.
Ahora bien, ¿cómo cacarear los logros de la reforma energética cuando los proyectos de exploración y de transformación industrial serán afectados con este recorte, al quitarle 62 mil millones de pesos a Pemex?
También la tijera aplicada por la SHyCP incidirá en la supuesta modernización de la infraestructura eléctrica del centro del país, al quitarse 10 mil millones de pesos para la CFE.
Las cartas benéficas, según el discurso de Peña Nieto, de la reforma energética estarán por verse, con lo que, ahora falta ver hacia dónde se decidirá el rumbo de la administración federal no sólo en este año, sino en lo que resta del régimen.
Hay desconcierto y en el equipo presidencial no se sabe qué hacer.
Por lo pronto, en la cúpula del PRI, César Camacho Quiroz y compañía, le apuestan a que en estas elecciones intermedias, haya una fuerte abstención para que el priismo mantenga la mayoría en la Cámara de Diputados y retener, ahora, lo que se pueda de las nueve gubernaturas que están en juego para el mes de julio próximo.
Si acaso votarán unos 35 millones de un padrón de más de 80 millones, en donde el PRI quiere mantener la mayoría en la cámara baja.
No es que el PRI tenga mejores candidatos a diputados, sino el PRI va a buscar desincentivar el voto para que no haya rechazo y mantener una mayoría relativa. Eso es o triste ante una nula participación política que todavía se da en el país.
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