Después de algunas semanas de precampaña, llegamos al momento en el que los aspirantes a diputadas y diputados locales, legisladores federales y presidentes municipales deben dejar de hacer pronunciamientos sobre sus aspiraciones. Entramos en un periodo de silencio para dar paso al desfile de campañas, de discursos, de propuestas, es decir, la oferta política en la que recibiremos información de más de 2000 cargos en disputa.
Durante 60 días, casi nueve semanas las y los mexicanos veremos posicionamientos y debates sobre diversos temas que necesitan una solución y lo que menos esperamos es que sean con trasfondo, con elementos y datos que respalden cada propuesta a fin de que no sean pequeñas luciérnagas que al final del camino se apaguen.
Serán muchas las y los jugadores. Aquí se vuelve importante recordar el papel fundamental que tendrán los medios de comunicación cuya responsabilidad deberá estar a la altura no sólo de la norma electoral, sino de una sociedad más crítica, más participativa, más informada. Que reconoce que lo que se invierte en este proceso además del recurso público salido del bolsillo de cada uno de nosotros, son nuestras aspiraciones. Veremos también, la otra guerra, la que se da en las redes sociales –instrumento que nadie debe dejar de tener en cuenta- como un espacio público democrático y horizontal, la cual deberá de contribuir al debate de lo público.
Durante estos días de silencio, las y los candidatos se encuentran delineando su estrategia, repasando sus líneas para los banderazos de salida. Lo mínimo que podemos esperar es que quien aspire a representarnos realice un análisis serio de lo que pretende ofertar, de lo que puede o no hacer en pro de sus representados. Enfrente tendrán una sociedad que observa y escucha mejor, que ha superado el discurso hueco para pasar al de las propuestas y revisión de resultados.
Mucho se ha dicho sobre el sistema de partidos en México, se ha criticado incluso que a ésta oferta se le hayan sumado otros partidos más, incluyendo la opción de candidaturas independientes y la posibilidad de reelecciones para el 2018, pero debemos ser claros, estas elecciones serán diferentes, porque es otro el escenario político y otra la norma electoral, pero sobre todo porque estamos de frente a una sociedad diferente y eso obligará a realizar propuestas más centradas en las necesidades.
Debemos de ver un desfile sí, de propaganda, sí de rostros en diversos medios pero lo que debe estar en competencia es la calidad y capacidad de las propuestas, que sean realizables y verificables.
Que este periodo de silencio sirva para eso, para que cada candidato y candidata revisen sus propuestas y su viabilidad en función de las necesidades públicas. Sea cual sea el método que hayan usado los partidos para elegir a sus candidatos, desde revisar las trayectorias públicas de manera responsable hasta usar tómbolas para que sea el azar quien lo determine, lo que debe de importar es que las campañas por iniciarse son tiempos inigualables para acercarse al electorado, son tiempos de hacer del silencio electoral una oportunidad.
*Economista y Doctor en Finanzas
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