La política ambiental del Gobierno del Distrito Federal es inexistente. No sólo en esta administración de Miguel Ángel Mancera sino en general en los gobiernos perredistas que han gobernado la ciudad desde 1997.
Los ejemplos varían, sin embargo el contexto actual me obliga a escribir sobre la Línea 12 del Metro. Dejando a un lado las múltiples irregularidades financieras y técnicas de la obra, me concentraré únicamente en el impacto ambiental que ha generado y que no ha importado ni importó a la Secretaría de Medio Ambiente del DF.
La estación Tláhuac y la terminal de la Línea 12 están construidas sobre lo que legalmente se conoce como suelo de conservación, el trazo definitivo viola el polígono establecido por la Organización de las Naciones Unidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esa delimitación de superficie establece los límites en los que se aplica el Plan de Rescate de Xochimilco, financiado en parte con recursos internacionales.
En un documento de la Unesco, en poder de este reportero, se narra que en la reunión de 2009 del Comité de Patrimonio Mundial, celebrada en Sevilla, México fue abiertamente cuestionado por la invasión de las obras de la Línea 12. En aquella reunión se le advirtió a México que no sólo construía una Línea de Metro sobre suelo de conservación, sino que su trazo invadía la poligonal de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
No obstante, el gobierno del DF construyó el Metro sobre la zona patrimonial y de hecho, tanto la última estación de la Línea 12 como la terminal, los talleres y encierros de sus convoyes, están dentro del polígono que define el área patrimonial de Xochimilco.
En un recorrido que realizó este reportero, se pudo constatar que a partir de la instalación de una estación-terminal en la zona patrimonial, se han venido presentando y tolerando invasiones y asentamientos irregulares alrededor de dicha estación y del trazo del Metro. El trazo sobre suelo de conservación ya provocó el surgimiento de asentamientos irregulares en la zona de humedales, concretamente en las zonas de La Conchita y Tempiluli.
Ahí no queda todo querido lector. El 26 de marzo de 2008, la Procuraduría de Ordenamiento Ambiental y Territorial (PAOT) admitió a trámite 10 denuncias ciudadanas relacionadas con las afectaciones ambientales producidas en suelo de conservación y urbano por la construcción de la Línea 12 del Metro. A ninguna de ellas se le dio seguimiento.
La PAOT llevó a cabo aproximadamente 60 recorridos conjuntos, 70 reuniones de trabajo interinstitucional, así como las solicitudes de información a las autoridades involucradas en la investigación. Nada sirvió.
Al contrario, la Secretaría de Medio Ambiente del DF contó con la Resolución de Impacto Ambiental SMA-DGRA-DEIA/005417/2008 emitida por la DGRA de la SEDEMA, así como de más de 40 acuerdos para modificar la ruta de la Línea 12 a pesar de que la Unesco había exhortado el cambio de ruta porque cruzaba por área de conservación natural.
Otra evidencia de que el Gobierno de la ciudad ignoró las recomendaciones de la Unesco es el Acuerdo número SMA-DGRA-DEIA/003830/2009 del 29 de mayo de 2009, en el cual se aceptan las modificaciones de los procesos constructivos en el trazo de la Línea 12 y las condicionantes en materia de compensación de suelo y agua en suelo de conservación y urbano. Igualmente contó con opinión favorable de Impacto Urbano.
Es decir, el gobierno del Distrito Federal hizo caso omiso de las denuncias que se realizaron por vecinos y por la PAOT, así como ignoró totalmente las recomendaciones de la Unesco. Se empeñó en hacer una obra que impactó las áreas de conservación de la ciudad y que abre la puerta a los asentamientos irregulares.
Cabe preguntar ¿Dónde está Martha Delgado? Ella era responsable de la política ambiental en el Gobierno ebradista. ¿Dónde está? Debe explicar y aclarar el por qué se empeñó en la construcción de la Línea 12 en área de conservación en contra de los exhortos de la Unesco.
¿Y Mancera? Sólo como dato, el era titular de la Procuraduría capitalina quien se encarga de investigar las denuncias por delitos ambientales. ¿Dónde está su investigación Mancera Ecocida?
Mientras la política ambiental se limite al programa Ecobici y a los Mercados del Trueque, las áreas de conservación de la ciudad y los pocos espacios verdes serán aniquilados por la soberbia de un gobierno ecocida.
PD: Cuando nada importa todo sale igual.
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