Desde finales del año pasado comenzamos a ver alzas en el precio del dólar respecto de nuestra moneda mexicana y muchos se preguntan hasta dónde irán a parar dichos incrementos.
Existe un gran debate al respecto, entre otras cosas debido a los fantasmas que nos persiguen desde las últimas crisis económicas. La búsqueda de culpables de la actual situación no cesa. Que si es culpa de los Estados Unidos, que si es del gobierno mexicano, que si lo es del mercado y quienes especulan con dicha moneda.
Lo importante del presente debate es hacerlo con la precisión que amerita, partiendo de que nuestro sistema de compra-venta con otras monedas, en particular con el dólar está sujeto al mercado y sus leyes principales (oferta y demanda) y por ende su comportamiento responde al de cualquier producto o servicio que se ofrece en el mercado. Entonces, ¿qué sí estamos viendo?
A pesar de que los aumentos del precio del dólar respecto de nuestra moneda, por un lado afectan a quienes hacen transacciones en esa divisa, por otro, logran beneficiar a quienes exportan y cobran en dólares, o bien a las familias que reciben un ingreso a través de las remesas. A esto es preciso sumarle que hay capacidad de respuesta de nuestras autoridades en la materia, en este caso el Banco de México como el órgano responsable que, nos guste o no, está respondiendo con los mecanismos que tiene, que la ley le faculta como es la subasta pública para atacar el exceso de demanda con mayor oferta de dólares.
Un factor que ha influido en la presente situación es sin duda los bajos precios del petróleo (afortunadamente el gobierno federal cuenta con cobertura para enfrentar esta situación). Por eso, esto es un llamado a la prudencia en el debate que se está dando en torno a esta depreciación de nuestra moneda (que es necesario aclarar no es devaluación, técnicamente hablando), debido a que el papel de los Estados Unidos es relevante en el mundo y su amplía relación con muchas monedas genera efectos, por eso, lo que vemos no es exclusividad de nuestro país. Toda fortaleza del dólar tiene efectos en muchas monedas.
Ante un escenario del tipo de cambio flotante son entendibles las variaciones de precio, hasta cierto margen, por ello, es destacable el papel de la autoridad tiene en el uso de los mecanismos para que esto no se dispare más allá en detrimento de la economía mexicana. No se está diciendo que no haya impacto con esas alzas, pero estamos viendo el actuar responsable de las autoridades mexicanas al tomar decisiones acertadas, además de informarnos sobre aquellas medidas que debemos acoger a fin de no salir corriendo y querer cambiar pesos por dólares.
Como se señaló, una alza así del tipo de cambio no son necesariamente malas noticias, ahí está el beneficio que significa para la industria turística al ser un incentivo para que los extranjeros visiten México. Debemos continuar el debate sobre lo que está pasando, pero que sea con datos precisos, a fin de evitar la suma de comentarios que muchas veces sólo desinforman a la población y no le permiten ver aquello que sí se está haciendo bien por parte del sector público, porque hay cosas buenas, sin duda y la lista afortunadamente es grande.
*Economista y Doctor en Finanzas
Contacto en redes
@luisdavfer
Facebook
Page/LuisDavidFernándezAraya