"Si dejamos de interesarnos en la política mereces que las peores personas nos gobiernen". Platón
En últimos meses la movilización social en nuestro país se ha incrementando por diferentes problemas que han permeado a nivel nacional, gran parte de estos son representados por jóvenes, quienes han convertido a las redes sociales en una herramienta donde pueden organizarse y descargar críticas al sistema, bien o mal informadas pero todas ellas respetables.
Sin embargo, ante lo que parece un gran incremento de la participación de los jóvenes en temas de política nacional, puede apreciarse que esa aseveración no es del todo cierta. El próximo siete de junio se celebrarán comicios a nivel federal, y en algunos estados a nivel local, el supuesto es que la ciudadanía saldremos a expresar nuestra voluntad popular y elegir a nuestros representantes mediante el voto, principal medio de expresión política en México, pero en la realidad lo que predomina es el abstencionismo y la poca participación de jóvenes al momento de ir a las urnas.
De acuerdo al Boletín electoral realizado por el IFE (ahora INE), en 2012 el padrón electoral constaba de un 28.33% de jóvenes entre 18 y 29 años de edad, es decir que casi 24 millones de jóvenes tendrían la oportunidad de ejercer su derecho al voto. No obstante, de este total a las urnas acudieron sólo poco más de 8 millones, cifra que representa apenas una tercera parte. Esto aparenta una gran contradicción si lo comparamos con la impresión que nos da la participación de los jóvenes en movimientos sociales.
La movilización social es, después del voto, el principal instrumento de participación política pero si este no se ve reflejado en una participación electoral dentro los comicios se ve desvirtuado. La invitación es a generar la congruencia, que nuestras críticas sean informadas y constructivas pero recordemos que, en México el único medio formal y trascedente para demostrar la aprobación o desaprobación por algún político o partido es el voto.
Es común que los jóvenes nos quejemos sobre el sistema, pero algo que predomina es la diversidad de ideas, es ahí donde debemos demostrar tolerancia a la pluralidad, para evitar que nuestras causas sean deslegitimadas y, algunas veces, hasta manipuladas por diferentes actores políticos. Es bueno generar comentarios, pero también debemos fomentar una juventud proactiva que acompañe sus palabras con hechos, una propuesta para esto es dentro de organizaciones de la sociedad civil; un ejemplo, el Ateneo Nacional de la Juventud.