El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TTP por sus siglas en inglés), adoptado la semana pasada en Atlanta después de más de 5 años de negociaciones y explorado inicialmente durante el sexenio de Felipe
Calderón, alienta un bloque que competirá comercialmente con China. La Asociación Transpacífica (ATP, en sus siglas inglesas) no es solo una rebaja de aranceles, sino que también contempla normas medioambientales, laborales, anticorrupción y protege además la propiedad intelectual de las grandes empresas internacionales, aunado el hecho de potenciar a las medianas y pequeñas empresas. Es, además, un modelo para el acuerdo que Estados Unidos negocia en paralelo con la Unión Europea. Ahora empieza una batalla por la ratificación en los congresos de los 12 países suscriptores. La Asociación Transpacífica es el mayor acuerdo comercial que se ha firmado por los países participantes, incluido Estados Unidos. Este Acuerdo lo suscriben países latinoamericanos como Chile, Perú y México, además de Japón, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam, Malasia y Brunéi, además de Estados Unidos. Todas estas economías, representan el 40% de la economía mundial y un tercio del comercio en el mundo.
México y los 11 países de la cuenca del Pacífico acordaron el pacto comercial que reducirá las barreras arancelarias en artículos que van desde automóviles hasta arroz y establecerá estándares comunes para sus países miembros.
Lo que se espera con este tratado comercial y en lo que debe traducirse a la brevedad es en balances adecuados en los temas sensibles e importantes para la industria del país en áreas como la cadena de autopartes-automotriz, textil-vestido y productos agropecuarios como arroz, productos cárnicos, y el sector lácteo; tecnologías de la información y dispositivos médicos, entre otros, temas que fueron ríspidos en las negociaciones, pero sin duda en lo que debe dar resultados papables es en mayores oportunidades de inversión y empleo bien remunerado para los mexicanos.
Con la conclusión de las negociaciones, México formará parte del TTP, de tal forma que el naciente bloque comercial es hoy por hoy el más importante del orbe por las cifras que presenta, pues cabe decir que abarca un mercado de más de 800 millones de personas y representa el 40 por ciento del PIB mundial, cifras nada despreciables de las que México se abre una importante veta de oportunidad para posicionar sus productos bajo reglas claras de competencia comercial. Es un logro que se debe ver en perspectiva porque junto con la Alianza del Pacífico y desde luego con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, el intercambio comercial del país se diversifica y expande.
La formalización del TTP, es un Acuerdo que manda varios mensajes: Primero, la conformación de un bloque comercial encabezado por Estados Unidos contra China, al no permitir que el gigante asiático tome control de las reglas del comercio global, lo que se traduce como la marca del liderazgo de nuestros vecinos del norte ante esta ”amenaza”. Hay que destacar que con el TTP entramos a un nuevo escenario cuyo factor más revelador es el anuncio comercial contra China, así el equilibrio del comercio global pasará necesariamente por el acuerdo Transpacífico con posibilidades para que México dinamice su relación comercial tanto en bloque como en lo individual. Segundo, los riesgos que se advierten, sin, embargo es que México no traduzca en beneficios su incorporación y en caso contrario se haga más fuerte la tendencia de volvernos más importadores y dependientes económicos. Tercero, no obstante, estar en las “grandes ligas” del comercio mundial obliga a los diversos sectores económicos a revisar qué pueden ofrecer hacia fuera, es decir exportar, implica y hay oportunidades para expandir el horizonte de la política de comercio exterior.
Dicho sea de paso, ya era momento de poner un alto a los abusos comerciales promovidos por la nación del dragón, que entre otras cosas ha generado un comercio internacional desleal, promoviendo el contrabando en muchas otras naciones a través de extrañas políticas arancelarias, además de malbaratar la mano de obra y promover bajísimos salarios de los trabajadores, sin olvidar el robo de patentes, propiedad intelectual y empresarial con la fabricación de productos de muy baja calidad y similares a los originales, promoviendo incluso piratería y ni que decir su bajo respeto a las normas ambientales al momento de llevar a cabo su política de industrialización y producción. Veamos si este nuevo bloque del cual forma parte México, tiene la fuerza suficiente para detener estos abusos comerciales y se convierta y de resultados en el mediano plazo para lo que fue concebido: dignificar el comercio internacional, proteger la propiedad intelectual y empresarial, dignificar el salario de los trabajadores, fabricar y comercializar productos de calidad, elevar las oportunidades de inversión en México y acrecentar la oferta laboral y finalmente potencializar la industria mexicana en todos sus sectores elevando las áreas de exportación. Parece así que el gobierno de Peña Nieto puede materializar nuevamente un punto a su favor, de lo que empezó en su momento el ex presidente panista Felipe Calderón, ya veremos.
Ex diputado local PAN
Analista político
@hector_saul1