Faltan más de dos años, pero se han empezado a mover. Y sin embargo, sus primeras medidas o acciones con la mira puesta en el 2018 poco o nada abonan al optimismo –creo- de los mexicanos. La mayoría mira con escepticismo, duda o como
acuñara en su momento de secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, con “sospechosismo”, los primeros desplazamientos en la mesa de ajedrez que podría simular el tablero político nacional.
Por allí van muy de la mano los Calderón. Margarita se agita. Cree que dentro de las filas panistas o aún fuera de ellas, podría alzarse con la candidatura primero y la presidencia del país después. Hay quienes creen que la ex primera dama podría conquistar Los Pinos. Pero lo dudo, como apunta la canción. Zavala de Calderón carga el fracaso de su endiosado esposo, el mismo que pactó con lo peor del “establishment” político mexicano para ganar la presidencia del país, empezando con la malhadada y hoy parcialmente encarcelada maestra Elba Esther. Baste mencionar esto como una referencia del periodo calderonista, que empeñó su capital político –escaso si recordamos el estrecho margen de su presunto triunfo- en una guerra tonta –no la califiquemos peor- contra dizque los chicos malos del narcotráfico.¡ Ufff! Pero resulta que en México, esos chicos malos, esas pandillas no son ni siquiera autónomas. Hay evidencias que sugieren con claridad que cada una de esas bandas tiene su capilla política.
Pero Margarita cree que podría emular la historia de auténticas señoronas de la política mundial. No está nada mal que lo intente, pero dudo mucho que lo logre.
En Morena, las cartas están echadas. ¿Habría que repetir la historia? López Obrador insistirá, aun y cuando ya pocas sean sus expectativas más allá de la ciudad de México. Pero además, López Obrador ya topó con el principio de Peter y sabe después de todo que sus sueños presidenciales se transmutaron en una franquicia política. Llegaron al tope. El paragüas de la izquierda morenita lo cobijará de lluvias intensas y aún ciclones. No falta abundar.
En el PRD hay una expectativa con Agustín Basave, pero es temprano aún para visualizar si las tribus echaran cemento a sus fisuras y en todo caso la tarea se anticipa complicada en extremo.
Por el PRI, único partido con estructura nacional y auténtico portento electoral, las cosas tampoco parecen sencillas, pero es un hecho que el reto de mantener el poder podría pavimentar el camino hacia cualquier solución por difícil que ésta parezca.
Aun cuando muchos mexicanos parecen hastiados, desilusionados, escépticos y aún encolerizados con los saldos del retorno al poder del PRI, éste seguramente hará todo lo que esté a su alcance para al menos preservar un segundo periodo de la restauración. Usted puede apostarlo. (fin)
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