Barbarie omnipresente

SINGLADURA

En septiembre de 2015 se cumplió un año de la desaparición de 43 jóvenes de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero. Han pasado casi 16 meses y nada. Bueno, salvo la “verdad histórica” del ex gobernador y ex procurador Jesús Murillo Karam
Aún y con la “verdad histórica” de Murillo Karam, el caso de Ayotzinapa sigue abierto, según el gobierno del presidente Peña. Pero de poco será útil que siga abierto si no hay pronto algo concreto, aún del tipo que sea.


El hecho, simple y escueto, es que los 43 jóvenes normalistas permanecen en calidad de desaparecidos. Versiones hay varias, especulaciones muchas, pero certezas ninguna.
Y si el caso de Ayotzinapa es grave, gravísimo, es más, barbárico, lo que el día 11 de enero ocurrió en Veracruz, en Tierra Blanca, es todavía peor porque repite lo que nunca debió ocurrir. Cuatro hombres jóvenes y una adolescente, de sólo 16 años, fueron desaparecidos. Está comprobado que policías, y un mando entre ellos, se llevaron a estos jóvenes.
Se trata de Mario Arturo Orozco Sánchez, de 28 años; su novia Susana, de 16, estudiante de tercer semestre en el colegio de bachilleres plantel 18; Bernando Benítez Arroniz, de 25, licenciado en administración de empresas; su primo José Benítez de la O, de 24 años, ingeniero mecánico automotriz, y José Alfredo González Díaz, de 25 años, quien trabajaba en un rancho.
Policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz “levantaron” a los cinco jóvenes cuando viajaban en un automóvil con placas del Distrito Federal en la carretera federal de Tierra Blanca.
Hasta el momento hay siete agentes policiales detenidos, pero rehusan hablar del episodio que los involucra y no hay forma de que lo hagan, dijo en una entrevista televisiva el fiscal veracruzano Luis Angel Bravo.

Hasta hoy, las autoridades veracruzanas sólo saben –dicen- que los cinco muchachos fueron entregados a un grupo del crimen organizado.

El gobernador veracruzano, Javier Duarte, dijo sobre el caso que en “temas de seguridad pueden hacerse 99 cosas bien, pero con que una salga mal  ese es el tema, como es el caso”.

Aún así Duarte ratificó que los índices delincuenciales en el estado que dice gobernar van a la baja. Después de todo, argumenta este señor, la desaparición de cinco jóvenes a manos policiales es sólo “una” de esas cosas que salen mal de un total de 99 que salen bien. Increíble. Este es el gobernador de un estado que hace un tiempo se presumía que “lo tiene todo”. Pues si.

Nada raro en un país, donde el presidente Peña hizo un llamado en el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa para que “superemos esta etapa” y “demos un paso hacia adelante”.

Esto es, afable lector (a) barbarie pura. Tanto como el hallazgo de tres cuerpos en el municipio de Emiliano Zapata  y que se descartó fueran de los estudiantes desaparecidos en Tierra Blanca. ¡Qué alivio! Habrán dicho las autoridades. Vuelvan a echarles tierra, podrían haber ordenado. ¿No? (fin)

This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.