En este país hay de todo y de todas. Como dijeran por ahí, el sector que más stakabrown es el político, porque como decía mi abuela los políticos son que ni con cal se pelan. Y vaya que son difíciles de convencer a la vez que fáciles de identificar porque
cada día se vuelven más cínicos. Muchos acuden a la demagogia como el canal más efectivo prometer y no cumplir, por eso conviene intentar definirla como una estrategia que busca el poder político utilizando caminos poco éticos y cargados con una buena dosis de engaño. Se busca sembrar miedo, despertar emociones, criticar prejuicios, y generar esperanza entre la gente para ganarse el apoyo. Y claro está que para todo ello se utiliza la retórica y la propaganda.
Los recursos que utilizan los demagogos son ricos y variados. Van desde los argumentos con premisas inaceptables e imposibles de cumplir, como lo hemos venido observando en un sujeto que pulula por ahí señalando que es el más puro aunque sus hijos compren zapatos de once mil pesillos. Pero también es especialista en pretender manipular a la gente mediante la interpretación de los escenarios con un sentido apartado del contexto y en la mayor parte de las veces construido a través de mentiras y datos falsos. Para decirlo de otra forma, sujetos de esa calaña presentan datos incompletos y falsos buscando alterar la realidad, y aunque no digan una mentira total, siempre caminan en ese sentido.
Otra forma de hacer las cosas es desviando la discusión y orientarla hacia donde ellos son especialistas con el discurso del desgaste aunque sea cargado de mentiras. Y ni qué decir de la demonización de los adversarios, porque eso da créditos y radicaliza a ciertos sectores sociales que comienzan a odiar a quienes son blancos de los dicterios. Por lo pronto ya le salieron competidores al especialista en regañar y asumirse como el más poderoso de los dueños de la verdad. Hace unos días se formó el "Grupo Galileo", otra pléyade de hombres y mujeres que se sienten predestinados para lanzar a los cuatro vientos "sus verdades", pero que ellos piensan que las haremos como nuestras porque así lo han dictado.
Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Blelaunzaran son los que salieron a dar la cara, y dicen que medirán a todos y cada uno de los que estén fuera del PRD porque ahora ellos servirán de plataforma a las opciones emergentes de la sociedad civil. Claro está que ya sabemos cuál sector de la sociedad civil, o séase esos grupos que se mueven en torno a los intereses clientelares del PRD porque les entregan vivienda, apoyos, y hasta dinero en efectivo cuando de participar se trata en elecciones en la Capirucha del país. De paso enderezaran las baterías contra el mayor demagogo de estos tiempos, o séase el señor López Obrador porque ya chole con que solamente él puede fustigar sin ser tocado ni con el pétalo de una crítica. Dios los hace y ellos se juntan con los colmillos afilados. He dicho. Vale. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.