¿Y el crecimiento, presidente?

SINGLADURA

Qué lejos quedó 2012 cuando el entonces candidato del PRI-PVEM a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, prometió triplicar el crecimiento económico mexicano para llevarlo hasta el 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Pero más lejos quedó esa promesa si se contrasta con lo que el presidente Peña Nieto dijo la víspera en Tamaulipas.

Sostuvo que el crecimiento económico en 2015 alcanzó el 2.5 por ciento, sí el 2.5 por ciento. Y no sólo dio a conocer la cifra, sino que la presumió como un éxito del gobierno que encabeza al señalar que pese al entorno internacional adverso de desaceleración económica y, en algunos países hasta un decrecimiento en sus economías, México creció 2.5 por ciento. ¡Albricias!

Y claro, ratificó las expectativas del país de alcanzar un crecimiento todavía mayor con base en las reformas estructurales y la estabilidad económica nacional.

Pero los mexicanos tenemos una historia de expectativas, más frustradas que concretas.

El Grupo de Economistas Asociados (GEA) recién atribuyó el magro crecimiento económico del país a la escasa inversión pública y privada y la falta de mecanismos para canalizar el ahorro en inversión.

El director general de la consultoría, Ernesto Cervera, lamentó que México haya registrado un crecimiento de sólo 1.5 por ciento en promedio anual, de manera consecutiva en los últimos 10 años.

Añadió que la inversión fija bruta es de sólo 16 por ciento en promedio anual, una tasa baja respecto a los estándares internacionales.

Además dijo que el escaso crecimiento económico se ha traducido en incapacidad para generar los 1.2 millones de empleos anuales que requiere el país.

México demandó 11 millones de empleos en los últimos 10 años, pero sólo se generaron siete y no todos en el sector formal.

A esto se añade que poco más de 350 mil mexicanos cada año emprendan el éxodo hacia Estados Unidos.

Baste echar mano de las cifras del Fondo Monetario Internacional, que redujo el pronóstico de crecimiento para la economía mexicana de 3.0 por ciento a 2.4 por ciento para el 2015, y de 3.3 por ciento a 3.0 por ciento para este 2016, lo que explica los anuncios de recorte del presupuesto federal hechos recién por el titular de Hacienda.

Así que las cosas económicas en México poco halagüeñas se anticipan para el resto del año, y es probable que esa sea la motivación del presidente peña Nieto de festejar el 2,5 por ciento de crecimiento, aunque de nueva cuenta éste resulte precario. (fin)

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