Desde diferentes frentes, todos ellos muy interesados, en particular algunos órganos de prensa, se anima la ambición de Margarita Zavala de Calderón de competir por la presidencia del país en 2018, fallidos los intentos de una diputación plurinominal y/o la presidencia, poco más modesta, del propio PAN.
Quienes la animan son los mismos que dan espacios a panistas, o más bien neopanistas, que usaron con astucia al partido para trepar a sitios insospechados del poder formal de este país.
Ahora y a propósito del avance –pactado o no- panista tras las elecciones del domingo 5 de junio, esa ambición femenina de la señora Zavala de Calderón, cobra una mejor oportunidad, que en forma por demás curiosa y oportunista estimula aún el ex presidente Fox, el frustrado padre de la alternancia presidencial en este país.
Al margen de que sea mujer –las neuronas no tienen sexo solía decir una mujer política de triste memoria- la señora Zavala de Calderón sorprende por su ambición de poder, el mismo que ejerció como primera dama del país, al menos así las llaman.
Al igual que su antecesora Martha Sahagún de Fox, Zavala de Calderón sueña con asumir la primera magistratura del país y recolocar en Los Pinos nada menos que a su impresentable esposo.
Flaca la memoria de los mexicanos que ven en Zavala de Calderón una posibilidad presidencial. Así estamos en este país, donde la máxima investidura política nacional ha registrado un descrédito prácticamente total en los últimos años, ligada en buena parte a los perversos resultados de las sucesivas gestiones presidenciales.
.Dice Zavala de Calderón que tiene en su esposo “una de sus cualidades”. Ufff. Imagíne lo que podría pasar en este país si se piensa que Calderón Hinojosa es una “cualidad”.
Se olvidan muchos mexicanos de que Calderón Hinojosa ensangrentó al país durante su mandato, sospechoso al menos. Más de cien mil muertos, más de 30 mil desaparecidos, miles de huérfanos, violaciones sin fin a los derechos humanos y centenares de “víctimas colaterales” como llamó a las personas inocentes que murieron en esa orgía de sangre alentada por el segundo y último presidente panista antes de que el PRI retornara al poder como consecuencia de los nefastos resultados calderonistas.
Diputada local una vez –desconozco si elegida aunque lo dudo- y diputada federal por la vía plurinominal otra, ésta última una diputación regalada por su partido, Zavala de Calderón quiso volver a ser diputada plurinominal, un obsequio que le negó su correligionario Gustavo Madero.
Luego quiso ser presidenta del partido blanquiazul, pero tampoco pudo. Fue entonces cuando Calderón Hinojosa la destapó como eventual candidata a la presidencia del país.
Si no es una sería otra y si ésta también falla pues queda brincar más alto, como en el síndrome del chapulín con tal de que se retome el disfrute presupuestal.
¿Qué más tiene Zavala de Calderón para ofrecer a los electores mexicanos en estos tiempos complejos y peligrosos?
Sólo falta que quiera emular a la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca y subirse a esa ola. Después de todo está claro que la señora sueña con su príncipe azul, “su cualidad”, confiesa ella misma.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.