Día 38 de la cuarentena, 14 677 casos confirmados, 2 627 casos recuperados y 1 351 personas han muerto por el covid-19, se ha sumado a ellos, una periodista.
Se dice en las calles que: “ser periodista en México, es el oficio más peligroso del mundo”, sin contar con zona de guerra, tan sólo en lo que va del gobierno actual, quince periodistas mexicanos, han asesinados vilmente.
Obviamente, todos estos homicidios han sido adjudicados al crimen organizado, a la imparable violencia que existe en nuestro país y que el gobierno se ha visto incapaz de detener.
Los periodistas involucrados en las investigaciones y notas en torno a los cárteles delictivos, saben que están arriesgando su integridad física, al realizar este tipo de labores, pero eso no los detiene, su vocación los motiva a seguir adelante aún a costa de su vida.
No obstante, lo que, si es lamentable, es el hecho de perder la vida en el ejercicio del periodismo a consecuencia de la negligencia de los que se supone deberían protegernos.
Esto es, nuestros jefes inmediatos, que supuestamente también fueron comunicadores, saben y conocen el medio, así que evitan en lo más posible arriesgar a los reporteros para el cumplimiento de sus labores, más, si el periodista decide jugársela a favor de su labor, lo hace bajo su propia responsabilidad.
Por eso es que, con varios años de experiencia en el oficio de informar y comunicar, no pude menos que enfurecerme al saber de la muerte de una compañera por el covid-19, sobre todo por la forma en que se dieron los hechos.
Martha Caballero Collí, reportera del área de Comunicación Social del municipio de Solidaridad, en el estado de Quintana Roo, que dirige la alcaldesa Laura Beristain, quién compartió un mensaje para despedir a su colaboradora.
“Lamento comunicarles que el día de hoy mi gran equipo de comunicación sufrió una irreparable pérdida. Extrañaremos su carisma y entrega por servir a la población”,
Como toda mujer de su tiempo, Martha utilizaba sus redes sociales, para compartir imágenes en las que aparecía junto a sus compañeros de trabajo y seres queridos.
Trabajó en varios medios de comunicación, como Quequi y Diario de Quintana Roo; también fungió como directora de Comunicación Social de Isla Mujeres.
El colectivo “Red de Periodistas de Quintana Roo" emitió un pronunciamiento por la muerte de Martha Abigail, por el cual hace un llamado a las autoridades para que realicen las investigaciones pertinentes a fin de deslindar y, en caso de ser necesario, sancionar a los responsables.
Martha Caballero, tenía 43 años al momento de morir en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debido a una insuficiencia respiratoria aguda y neumonía viral, provocada por COVID-19.
En una de sus últimas declaraciones, la periodista, responsabilizó a su jefe, el titular de Comunicación municipal por exponerla a ella y al equipo durante la contingencia sanitaria a causa de la pandemia de coronavirus,
—“Me enfermé por la negligencia del director Román Contreras Nahón” —dice en su carta
—“Martha era una persona que estaba bien de salud” —aseguró una colega de la reportera — la última voluntad de Martha, fue que se diera a conocer su caso y la forma en la que los reporteros y encargados de comunicación social son enviados a trabajar sin las medidas de salud necesarias para evitar contagiarse —agregó la colega— Estamos en la línea de batalla, eso es una realidad. Mi amiga, Martha, temía perder su trabajo, por lo que accedió a las presiones laborales que al final ocasionaron que adquiriera esta enfermedad. La carta que dejó Martha antes de morir, las autoridades tratan de desmentirla, para evitar los problemas que pueda ocasionarles —concluyó.
Descansé en Paz, Martha Abigail Caballero Collí.
Los que nos dedicamos a este bello oficio, nos consternamos, nos entristecemos y nos enojamos cuando vemos tanto desprecio de las autoridades hacia nuestra labor, y no sólo es Martha, el pasado 8 abril, el padre de otra compañera, fallece por el coronavirus y lo reportan como muerte atípica.
Ana Velia Maldonado, de Monclova, Coahuila, explicó que, a su padre de 67 años, en ningún momento le hicieron un examen para determinar si tenía coronavirus, pese a que presentaba síntomas de esta enfermedad.
“La prueba que le practicaron antes de ingresar al hospital no llegó a tiempo, pues mi papá falleció el sábado y los resultados que decían que tenía Covid-19 estuvieron listos el lunes”.
“Lo que está pasando es que en muchos hospitales no cuentan con los recursos para hacer estas pruebas, entonces el paciente llega con estos síntomas y se le diagnostica como neumonía atípica lo que provoca que los contagios continúen” —declaró la comunicadora.
¿Hasta cuando las autoridades nos van a seguir tratando como personas de segunda?
https://youtu.be/CUdgWBaw2-w