Tan desesperados y carentes de ideas se encuentran los productores ejecutivos de la cuarta transformación, que se vieron forzados a adquirir los derechos de una aclamada serie de inicios de los años 2000
con el propósito de lanzar una nueva temporada para el deleite de todos los mexicanos. Curiosamente, el estreno del episodio piloto de “Videoescándalos 2.0” ocurrió horas después de que el mandatario federal declarara que tenía demasiado interés en conocer el material videográfico que Emilio Lozoya había entregado a la Fiscalía General de la República.
Lamentablemente, fue tan bajo el rating del primer capítulo (en comparación con otros como el del señor de las ligas), que López Obrador decidió reproducirlo durante su conferencia mañanera con la noble intención de exhibir la inmundicia del régimen de corrupción que imperó en los sexenios pasados, dejando claro -de paso- que para él lo más importante es montar un espectáculo mediático con fines meramente políticos y golpistas y no legales.
Tan es así, que por arte de magia (ya que claramente nada tuvo que ver el señor Presidente), se filtró el guiñon casi completo de la temporada que los cuatroteros tienen planeada, y en el que se que se mencionan a muchos de los actores que habrán de interpretar los papeles estelares. Ante tal acontecimiento, urge que la Fiscalía General, que penosamente de autónoma no tiene nada, tome cartas en el asunto, pues, parafraseando las palabras del dirigente nacional del PRD, se ha convertido en una auténtica coladera con tantas filtraciones, que además ponen en serio riesgo el debido proceso.
Y ya que de procesos hablamos, no está de más mencionar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió que será el INE la autoridad encargada de la renovación de la dirigencia de MORENA por medio de una encuesta abierta. Así que con todo y denuncias sobre presuntas presiones y sobornos, Ramírez Cuellar se va a quedar con las ganas de seguir al frente del partido guinda y será sucedido -muy probablemente- por el diputado federal Mario Delgado, quien lleva amplísima ventaja sobre el resto de los aspirantes.
Por cierto, los que no se quedaron con las ganas fueron los “adversarios” de López Obrador y lograron entrar con todo al juego de las filtraciones. En consecuencia, un conocido periodista presentó dos videos del año 2015, en donde se aprecia al hermano del tabasqueño recibiendo “aportaciones” para el fortalecimiento de su movimiento. Claro está que en la lógica distorsionada del Presidente, estos hechos no pueden equipararse con otros que se están ventilando (cof cof lozoyagate), más que nada porque no se habla de sobornos sino de amables cooperaciones. ¡Ya ni la friegan! Los sucesos exhibidos constituyen actos de corrupción y como tal deben ser investigados, aunque le duela a su séquito de aplaudidores.
Es triste pensar que a estas alturas nos ha dejado de sorprender los altísimos niveles de cinismo e incongruencia con que se manejan los morenistas. Sin embargo, algo que en ningún momento como sociedad podemos tolerar, es que se utilice el aparato gubernamental para censurar a aquellos que se atreven a criticar y exhibir las deficiencias y corruptelas del gobierno en turno. En esta ocasión se sumó a la lista la revista Nexos. Ya espero con ansias que sea el turno de alguno de los honoris causa de la mañanera...
¡Ah no, una disculpa, acabo de recordar que no se censura a los aduladores del sistema!