Derecho a la salud infantil (2)

DR. ALEJANDRO GERTZ MANERO

FISCAL GENERAL DE LA REPÚBLICA

No se puede escapar de la responsabilidad del mañana, evadiéndola hoy.

Abraham Lincoln

Ayer muy temprano, Andrea Rocha, Claudia Huerta y Esperanza Paz se dirigieron a Palacio Nacional, pero se encontraron con que estaba rodeado de vallas y las calles adyacentes cerradas a todo tipo de tránsito. Querían acceder a Andrés Manuel López Obrador para, de viva voz y por primera vez, transmitirle sus peticiones en relación con los medicamentos pediátrico-oncológicos.

Claudia y Esperanza iban en representación de los colectivos de padres de niños con cáncer, acompañadas por la abogada Andrea Rocha. Solo eran tres mujeres; aun así, el recinto fue amurallado.

Como era de esperar, los guardias les impidieron el paso a la mañanera. Cuando las señoras explicaron que deseaba dejar una petición formal, los guardias las mandaron a Oficialía de Partes. Ahora la salud de los niños es asunto burocrático, ¿cómo la ve, don Alejandro?

Hacia allá se dirigieron las madres y la abogada, pero con la novedad de que la calle de la Soledad, donde se ubica la puerta de la Oficialía, también estaba cerrada. Curiosa la conducta de la Presidencia, porque el derecho de petición está consagrado en el artículo 8º Constitucional y la comisión de mujeres cumplía los requerimientos de formular la petición por escrito y mantener una conducta pacífica y respetuosa.

Ya se iban con un palmo de narices –otra vez—, cuando un funcionario menor salió a recibirles su escrito.

Como le comenté ayer, don Alejandro, los padres cuentan con 220 amparos que les facultan legalmente como terceros interesados para solicitar información sobre la compra y distribución de los medicamentos oncológicos que tanto han escaseado en México los últimos dos años. No abundaré sobre el riesgo en el que el gobierno ha puesto a los menores enfermos, eso ya usted se lo imagina claramente.

Ahora el gobierno federal y también de acuerdo con el artículo 8º, deberá responder por escrito en un plazo no mayor de 15 días. De no hacerlo, los jueces tendrían como cierta la petición de los padres (afirmativa ficta); para decirlo coloquialmente, “el que calla otorga”. Además, las autoridades estarían violando un derecho constitucional de los padres, agregando una cuenta más a su ya largo rosario de omisiones y negligencias.

Con la respuesta del gobierno o sin ella, el asunto regresará a los jueces a fin de que dictaminen sobre responsabilidades oficiales y acciones a seguir en relación con los niños. O sea, el asunto llegará a su escritorio, don Alejandro.

Vuelvo a comunicarme con Israel Rivas, el vocero de los colectivos de padres, quien no muestra sorpresa. “Ya me lo esperaba –me respondió-, el presidente nunca nos ha querido recibir”.

Israel me recuerda que en una mañanera, Andrés Manuel se quejó del reclamo de los padres, “¡cómo si él fuera la víctima y no los niños! –me dijo-. No tiene un gramo de humildad; cree que todo lo hace bien.”

Con lo que no cuenta el presidente es con la determinación de los padres para llegar hasta el fin. El Movimiento Nacional por la Salud de los Niños con Cáncer cuenta con tres estrategias: la resistencia, la defensa legal y la comunicación. A través de su blog, intercambian información, se dan apoyo psicológico y se orientan a la acción para exigir que las políticas públicas protejan a sus hijos, como es obligación del Estado.

Ya para terminar nuestra conversación, Israel ironiza: “Claro, como no somos la mamá del Chapo, el presidente no ve la necesidad de escucharnos.”

No tengo cómo contradecirlo y creo que usted, don Alejandro, tampoco.

Investigación: Upa Ruiz  This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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