Dedicado a María Elena Chapa, madre, politica, luchadora por ampliar las calzadas de la participación de la mujer.
CONEVAL dio a conocer las cifras sobre pobreza y pobreza extrema, en el año dos mil dieciocho habian ocho millones setecientos mil mexicanos en
extrema pobreza, para el año dos mil veinte subió a diez millones ochocientos mil, dos millones cien mil mexicanos más, en dos años. En situación de pobreza pasamos en el mismo lapso de cuarenta y tres millones doscientos mil a cuarenta y cuatro millones novecientos mil pobres, en suma, un millón setecientos mil más.
Pero existen otras cifras igual de alarmantes, tenemos novecientos mil personas más con rezago educativo; quince millones seiscientos mil mexicanos más carecen de servicios de salud; novecientos mil carecen de acceso a una alimentación nutritiva y sana.
La reacción del inquilino del National Palace ha sido la de costumbre, decir que el tiene otros datos y tratar de minimizar la información oficial de una de las instituciones más serias del Estado Mexicano. López Obrador no tiene otros datos, nunca los ha tenido, carece de información y de la formación suficiente para comprender el impacto económico, político y social de esas cifras. El mundo real le es ajeno, el virtual también ahora vive un mundo de fantasía.
Pero no solo el presidente y su gabinete han fallado y generado mayor pobreza, estos números son responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto y de cada una de sus partes:
Los empresarios no cumplieron su palabra para mantener los empleos durante la pandemia, son muchos los despidos injustificados, sin el pago de la liquidación que por derechos les corresponde ni con la voluntad de reconocer sus prestaciones laborales; los comerciantes han fallado, no respetan los precios de los productos que venden, los pesos y las medidas son gravemente alterados y estas acciones agravan la economía de familias con lo mínimo para poder sobrevivir. También hemos fallado los consumidores al no ir a nuestro mercado público, a nuestra tienda de abarrotes ni a los comercios de nuestras comunidades; preferimos ir a la tienda de super mercado, pagar aparentemente menos pero a la larga haciendo daño a los micro, pequeños y medianos comerciantes que son los que sostienen a la base laboral de este país.
No está por demás decir las fallas del gobierno. En verdad que quisiera ser menos exigente con los resultados que se obtienen, pero es que es difícil omitir las pésimas políticas que se han tomado. No se necesita tener dos dedos de frente para comprender que las políticas económicas carecen de una dosis de realidad, la recaudación es baja, el presupuesto de las obras como el tren maya, la refinería de “Dos Bocas”, el aeropuerto “Felipe Ángeles” aumentan día a día y rebasan los inicialmente programado; por si fuera poco, las decisiones políticas y electorales de Andrés Manuel hacen que los programas sociales eleven su costo en virtud de que los resultados en las urnas no son los esperados. A este cuadro habrá que añadir la hipótesis de que las, tan cacareadas, remesas que rompen hitos, no son más que, presuntamente, esquemas de lavado de dinero de la delincuencia organizada que el ciego y sordo gobierno celebra con trompetillas y serpentinas.
Y aquí vale la pena estacionarse un momento y analizar ¿porqué fallan los programas sociales no solo en las urnas sino también en el impacto social de millones de familia? Se gastan miles de millones de pesos en programa de gobierno que entregan dinero y tiene como fin abatir la pobreza, disminuir los rezagos en materia educativa y en la salud. Por los números de la CONEVAL, ninguno de estos objetivos ha sido logrado. La pregunta es ¿Cuáles son las razones de esas fallas? Dos variables se presentan juntas o por separado: simulacion y corrupción.
Sin embargo, Manuel y la regente de la ciudad de México, Claudia; han decidido hacer una fiesta, un festejo que opaque los resultados electorales y socioeconómicos de sus políticas. Con una actitud que raya en la enajenación del uso de los símbolos, se ha edificado en la plaza del zócalo del centro histórico una maqueta monumental de lo que era la ciudad de Tenochtitlan. Un aposento cursi y exagerado para darle un curso a la historia en el que los españoles sean los únicos culpables de nuestras desgracias.
Por el momento para este sistema político somos un puñado de aztecas pobres o pobres aztecas, manipulables y desmemoriados; ya habrá tiempo y espacio para revisar la historia de la conquista y podremos llegar, incluso, a entender por qué Andrés Manuel López Obrador, de origen español tiene tanta saña, en particular, con sus antepasados.
Desde algún lugar del Estado de Hidalgo, 15 de agosto del 2021.