Desde el 1 de diciembre pasado quedó claro que la principal de las prioridades para la actual administración pública federal es el combate a la pobreza y la marginación. No obstante, debido a los chantajes de la oposición tuvieron que pasar siete meses para que el gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto pudiera desplegar todos los recursos a su alcance para echar a andar la Cruzada Nacional contra el Hambre y anunciar el envío al Congreso de la iniciativa con la que se busca garantizar un piso mínimo de bienestar y seguridad social para los mexicanos.
Para fortuna del país, en el 2014 no habrá ninguna elección y por lo tanto, motivo alguno para que el PAN y PRD chantajeen al gobierno y le pidan desatender a los más necesitados. Será un año crucial para México, pues por primera vez el gobierno federal estará funcionando con base en el presupuesto y estrategia que el mismo diseñe y proponga al Congreso, como parte del paquete económico para el año entrante, y realmente se pueda echar a andar la maquinaría del Estado en favor de los sectores más vulnerables.
En esa labor mucho tendrá que ver el Congreso, pues las reformas energética y hacendaria son las armas indispensables para dotar a los mexicanos de programas como la universalización de los servicios de salud de calidad, seguro de desempleo y pensión vitalicia.
Se trata, sin lugar a dudas, de un parteaguas en la consecución de las grandes demandas de la población. Y para ello, el presidente Peña Nieto tiene claro que es fundamental encontrar el mecanismo presupuestario suficiente para garantizar su sustentabilidad y permanencia.
De ahí que la iniciativa para crear ese piso mínimo de bienestar vendrá acompañada de la propuesta de reforma hacendaria. Y es que los mexicanos debemos tener claro que si queremos gozar de mayores derechos y servicios, también debemos aportar mayores recursos. Todo tiene un costo.
En la Cámara de Diputados, la cual será la cámara de origen por tratarse de cuestiones impositivas, distintos legisladores se han manifestado a favor de lo que ha propuesto el Primer Mandatario, al tiempo que han expresado que se deben encontrar las fuentes de recursos que permitan solventar esos gastos.
No me cabe duda que existe la voluntad para sacar adelante la que se augura será la reforma social más importante del presente siglo. Y los mexicanos debemos estar conscientes de sus implicaciones.