Las mujeres y el poder en México

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México no se entendería sin la participación activa de las mujeres en los ámbitos del poder público. Desde los primeros intentos de independizar al país, transitando por el periodo glorioso del liberalismo mexicano y la luchas armadas que se entretejieron para formar la Revolución Mexicana, la participación de la mujer ha sido

preponderante para lograr forjar al estado mexicano.

No se entiende la guerra de independencia sin Josefa Ortiz “La Corregidora”, Leona Vicario o María Rodríguez del Toro. No se concibe la Guerra de Reforma, sin la participación activa de mujeres como Juana Cata a quien injustamente se le recuerda como la amante del General Porfirio Díaz, pero que fue pieza fundamental para infiltrarse en las filas del ejército conservador. Es imposible pensar en la Revolución Mexicana sin evocar la participación de Carmen y Natalia Serdán Alatriste, Carmen Alatriste Cuesta, Carmen Vélez, María Hernández Zarco; las “Valentinas” y “Adelitas”.

Hoy por hoy, el papel que juegan las mujeres en el gobierno se vuelve protagónico y fundamental para la nación. Principalmente en el ámbito judicial, en donde encontramos mujeres destacadas en importantes cargos de dirección como: Olga Sánchez Cordero y Margarita Luna Ramos, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación; la Magistrada María del Carmen Alanís Figueroa, quien presidió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; las Magistradas Zulema Mosri Gutiérrez y Nora Isabel Urby Genel, en la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

En el ámbito local de la Ciudad de México encontramos a dos mujeres que dirigen instituciones de justicia: a la Magistrada Yasmín Esquivel Mossa, como Presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y a Darlene Rojas Olvera como Presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

El Pleno del Tribunal Superior de Justicia de la capital, que está conformado por 78 magistrados, hoy cuenta con poco más 34 mujeres. Pese a ello, es importante destacar que solamente ha sido presidido por una: Clementina Gil Guillén y eso fue hace casi 30 años. En su claustro encontramos a magistradas excepcionales que han sido forjadoras del arduo camino de la igualdad de oportunidades profesionales para las mujeres, como la Magistrada Irma Inés Galván Monroy, quien hoy concluye su encargo público, tras 45 años de servicio al país y a la Ciudad de México.

Sin duda nuestro país ha evolucionado. El esfuerzo de muchas mujeres, que dieron la batalla durante el siglo XX, hoy empieza a dar frutos. Todavía hay mucho por hacer, pero, indudablemente estamos en la ruta correcta: la igualdad de derecho y oportunidades.

@AndresAguileraM