La indignante realidad del Salario Mínimo en México

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El pasado 11 de diciembre, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONAMI) determinó establecer el alza del mismo en un 4.2%, que equivale a 73.04 pesos diarios, lo que –a dicho de la propia institución– este incremento se resolvió considerando que en

el 2015, la inflación será de alrededor del 2.0%, de acuerdo con la información de BANXICO, con lo cual –consideran– el poder adquisitivo del salario mínimo tendrá una recuperación de 4.80%, más del doble de la inflación señalada. 

Independientemente de las explicaciones, lo único cierto es que el Salario Mínimo vigente en el país es notoriamente insuficiente para cumplir con lo que precisa la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos…”

Por esa razón se aprobó una reforma a la Constitucional, promovida por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y apoyada por los legisladores de todos los partidos, para eliminar las referencias al salario mínimo como unidad de cuenta, índice, base, medida o referencia, para sustituirlas por las relativas a la Unidad de Medida y Actualización (UMA), de nueva creación y así dejar que la consigna constitucional cumpla con su objetivo.

En este orden de ideas y aún y cuando la CONAMI pretenda justificar su actuar aduciendo criterios y estándares económicos detallados en un boletín de prensa, estos dichos y palabras no son suficientes para explicarle, justificadamente, a los trabajadores mexicanos por qué su salario sigue sin ser suficiente para garantizar su subsistencia y la de sus familias.

Haciendo una disección de los gastos mínimos de supervivencia  de una familia –qué no de bienestar como lo ordena nuestra Constitución–, el promedio equivale a 87 pesos diarios, lo que significa que existe un déficit en el salario mínimo del orden de 14 pesos al día, lo que representa 420 pesos al mes y, consecuentemente 5 mil 110 pesos al año, lo que implica la diferencia entre la miseria absoluta y la pobreza moderada.

Más allá de las explicaciones rimbombantes y la muestra de gráficas movimientos macroeconómicos, se necesita presionar a la autoridad federal para que reconsidere esta medida y asuma sus funciones con absoluta responsabilidad y promulguen un salario mínimo acorde a las necesidades de la gente y no a las complicidades con los poderosos. Nos sumamos al llamado del Jefe de Gobierno para dignificar el salario de los mexicanos. Hace falta que las instituciones del estado retomen su origen social y velen por los intereses de las mayorías, en vez de ser guardianes de las fortunas de unos cuantos privilegiados.

@AndresAguileraM.