El 2024: el año del recrudecimiento de la polarización

Hoy comienza la tercera semana del primer mes de este 2024 y los movimientos políticos en el país han sido por demás

vertiginosos. Acusaciones de gestiones en negocios públicos; incumplimientos de pactos moralmente cuestionables; negativas en ratificaciones en cargos; arribos a instituciones colegiadas estruendosos, y avisos sobre reformas constitucionales polémicas en el último año del sexenio, avizoran el inicio de un año en el que la política se vislumbra particularmente belicosa.

Para nadie es un secreto que la sociedad mexicana se ha polarizado a extremos poco antes visto en su historia. Si bien es cierto siempre han existido divisiones sociales, pocas veces se ha radicalizado y polarizado en las dimensiones actuales. Sería sumamente hipócrita negarlo. Desgraciadamente la división social y la pugna constante entre facciones, clases y castas es tan antigua como el asentamiento de comunidades sociales en lo que hoy conforma el territorio nacional.

Es una verdad histórica innegable que las diferencias entre clases sociales y la clasificación entre castas está vigente desde las épocas previas al arribo de las expediciones y conquista de los españoles. Los pueblos originarios tenían diferencias marcadas entre las clases gobernantes-líderes religiosos y el resto del pueblo. Estas diferencias y marginaciones no solo prevalecieron, sino que se recrudecieron durante la colonia y la post independencia, hasta hacer crisis durante el porfiriato, lo que fue, en gran medida, la chispa que detonó y dio fuerza al movimiento que nutrió la Revolución Mexicana.

En esta lógica, la propaganda oficial del régimen postrevolucionario previó no sólo hacer una apología de la pobreza y la marginación, aunada a una visión chauvinista de la exacerbación de las culturas precolombinas, sino utilizar los elementos y argumentos religiosos para pontificarla a niveles de santidad y purificación en absoluta bondad; en consecuencia, se satanizó y condenó a sus contra partes: a las castas opulentes, el dinero, el empleador, los extranjeros fueron concebidos como símiles de marginadores, dominadores, enemigos por simple existencia y émulos de maldad absoluta. De esta forma, la eterna lucha entre el bien y el mal se materializó en una eterna confrontación entre “ricos y pobres”, “nacionales y extranjeros”, “explotados y explotadores”, “esclavos y amos”, “conquistados y conquistadores”, lo que se encanó dentro de inconsciente colectivo de forma por demás perniciosa para el desarrollo de la sociedad mexicana.

A partir de lo anterior, esta situación se ha utilizado como mecanismo de dominación política para la elaboración de propaganda que genera empatía en una la facción de la población que se encuentra no sólo más identificada con esa situación de vulnerabilidad y desventaja, sino con el deseo. de revancha y reivindicación que se esbozan desde los púlpitos que comunican y convencen a la opinión pública de la existencia y puesta en marcha de un plan general para terminar con los privilegios e injusticias que —en si mismos— representan una sola casta y que por su sola existencia son una afrenta para la mayoría impoluta que son los desposeídos y depauperados que, injustamente y por maldad absoluta, han sido despojados de un mejor futuro por una clase abusiva, frívola y despótica.

En tanto todo esto ocurre en un lado del espectro, del otro lado de la polarización, existe una desorganización “organizada” en torno al simple descontento y la animadversión hacia al régimen, que pretende basarse en justificaciones en valores abstractos de “bienestar” y “ mejoría” generales, sin que ello se concrete en un plan o programa concreto. Todo se basa en la insatisfacción de una facción que —quizá con argumentos científicos y válidos— está inconforme con el rumbo que se le ha dado al país, pero que esa inconformidad no se ha logrado traducir en un plan o programa que logre permear en la población con la fuerza de la ideologización que se hace del otro lado del espectro polarizado.

Así iniciamos este 2024. En una polarización que no sólo vislumbra mantenerse sino a recrudecerse en perjuicio del futuro de mi amado México.

@AndresAguileraM