Indiscutiblemente, el problema de la educación en nuestro país es grave y de orígenes diversos. La estocada final la dieron principalmente aquellos que pauperización los programas y eliminaron materias para desarraigar el orgullo nacional, la identidad como seres humanos y promovieron el individualismo desmedido y constriñeron a la solidaridad como un slogan de campaña.
Sí, efectivamente, fueron esos pseudo liberales globalifílicos, condecorados en universidades extranjeras, con la sensibilidad social y política de rinocerontes quienes promovieron y fomentaron el problema que hoy enfrenta el sistema educativo.
Actualmente, la SEP ejercerá $260 mil 277 mdp. Es la Secretaría con el presupuesto más grande que cualquier otra dependencia del Ejecutivo. La SEP representa 9% del gasto total del gobierno. Para darnos una idea los Poderes Federales (legislativo y judicial), los Órganos Autónomos (como el IFE) todos en conjunto gastan el 3%, es decir, el dinero que gasta la SEP es 3 veces de lo que gastan todos los demás.
De ese gasto programado, el 95% se va en salarios ¿por qué? Porque son muchos a quienes hay que pagarles, en su mayoría maestros que son miembros del SNTE y su disidencia, la CNTE.
En el país hay maestros hasta en el más recóndito paraje y eso nos debería generar un sistema educativo de excelencia. Pero... ¿Cómo hacerlo cuando hoy no sabemos las capacidades ni condiciones de todo ese ejército de maestros? Para eso debe servir la reforma. Para hacer un diagnóstico que permita saber cómo están los operadores de la educación y, a partir de ello, corregir y ajustar , cambiar y despedir a aquellos que haya que despedir.
Si no le damos vida a la reforma, actualizamos la legislación secundaria y le damos vida, con una legislación que la materialice, jamás sabremos como enderezar el rumbo. Pero... ¿Cómo hacerlo cuando maestros pretenden imponer su razón a costa de los derechos y libertades de los demás?
¿Cómo promover profesionalización magisterial cuando no sabemos con certeza las capacidades, fortalezas y debilidades de quienes imparten clases? ¿Cómo atender legítimas demandas cuando los interlocutores políticos no comprenden las dificultades a las que se enfrentan los maestros, pero utilizan sus demandas como estandartes de promoción personal?
¿Cómo desarraigar del inconsciente la imagen del dilecto Flavio Sosa vinculada con los maestros de Oaxaca? La única respuesta es una ley que establezca un camino, pasos a seguir para materializar los objetivos que se plantean en la Constitución.
Mientras no exista la evaluación, jamás sabremos si la reforma sirve o no. Mientras, los maestros no quieran ser evaluados jamás sabremos lo que se tiene que hacer para mejorar la situación educativa del país.
@AndresAguileraM