¿Cuál es la preocupación? ¡Que todo mundo se entere!
El licenciado está contagiado pero poquito, nada grave, algo leve. El carismático Hugo López-Gatell, su médico de cabecera, en quien confía ciegamente y lo ha presumido en vivo y en directo en la tele pública, dio el parte: se mantiene con síntomas mínimos de Covid.
¿Le preocupa la salud del licenciado? Bueno, bueno, sume usted su mensaje a los 119 que ayer miércoles divulgó el heraldo de Palacio, Chucho Ramírez de jefes de Estado, líderes, políticos y organizaciones que enviaron sus deseos de recuperación al enfermo.
¿Por qué la prisa?, preguntaría al heraldo de Palacio.
El licenciado se contagió y hay que atenderlo con la prioridad del caso pero, insisto, cuál es la prisa, por qué la urgencia de que medio mundo se enterara de que Carlos Loret de Mola, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón enviaron mensajes en los que hacen votos por la pronta recuperación del licenciado, pero no aparecieron destacados integrantes de la 4T.
¿Será que el propio inquilino de Palacio pidió a Chucho divulgar la preocupación de connotados personajes, a varios de los cuales ha insultado, perseguido y estigmatizado en las homilías mañaneras, en un auto mentís a aquello de amor con amor se paga?
“Afortunadamente, sigue evolucionando positivamente. Hoy cumple su cuarto día de padecimiento de COVID-19. Persiste con síntoma mínimo. Ha tenido algunos pequeños y breves episodios de febrícula, prácticamente ninguna otra molestia”, informó el simpático López-Gatell.
Además, para acallar versiones de gravedad, como aquella en la que se citó su ingreso al Instituto Nacional de Nutrición, Hugo –permítame el exceso de confianza—dijo que el licenciado sólo ha presentado un poco de dolor de cabeza y está en sus habitaciones de Palacio.
Y para no dejar duda --¡ah!, los malpensados—dijo que el licenciado “sigue muy activo, no solamente con síntomas mínimo (de COVID). Sigue ejerciendo sus funciones. Esperamos que así continúe”.
Reitero: ¿usted le cree a Hugo López-Gatell? Yo tampoco.
Y es que, esas prisas por dar nivel de secreto de estado y seguridad nacional, cerraron la posibilidad de conocer el parte médico en el que se declaró positivo en Covid al licenciado presidente, como que no cuadran con el pecho presidencial que no es bodega.
Sí, sí, debe reservarse la información que es privada y protegida por la ley que custodia el INAI, sí, ése organismo autónomo al que el licenciado López Obrador le trae tirria y quiere desaparecerlo del Presupuesto de Egresos porque, aduce, nunca ha leído un trabajo periodístico que haya utilizado las herramientas del INAI.
No lo tome a mal, pero el inquilino de Palacio no es el mejor informado del país; para nada. Y con esa confesión admite estar soberanamente desinformado, pero aun así gira órdenes para desaparecer lo que no le cuadra.
¿Por seguridad nacional? Bueno, aceptemos que así sea, pero esa postura no abona en el ánimo de sus seguidores y simpatizantes que han emprendido el linchamiento mediático de los opositores a la 4T. Han agarrado parejo y hasta me los imagino en la cabecera y al pie de la cama presidencial, en una impresión de aquella en la que don Benito Juárez García está en el lecho de enfermo, en una habitación de Palacio Nacional, en contra esquina de la calle de Moneda a la que en el ala sur ocupa el licenciado López Obrador.
¿En serio, en serio, está enfermo? Reitero que parece tongo. Ojalá me equivoque y el licenciado de verdad este siendo domado –aunque sea gerundio—por el Covid-19 al que él presumió haber aplanado y sometido desde hace meses, pero…
¿¿Usted le cree a los López? ¡Yo tampoco! Y disculpe la insistencia, pero déjeme aportarle muestras de lo que ambos declararon en febrero del año pasado, cuando el Covid ya estaba en territorio mexicano pero se le trataba como una mugre gripita o catarro que se podía atender con té de hojas.
Lea usted y luego dígame lo que le venga en gana. Es mi grano de arena para reflexionar frente a dos personajes que han transitado durante casi un año de pandemia con la libre mecánica discursiva que ofende al sentido común y lastima a miles y miles de familias que han perdido a uno de sus integrantes.
¿Molesta a las pieles delgadas y oficiosas una postura crítica, al grado de buscar pretextos baladíes para descalificar e insultar?
Lea usted:
En la mañanera del martes 11 de febrero López Obrador dijo:
“El objetivo es que el 1º de diciembre de este año (2020) va a haber un sistema de salud pública totalmente distinto, eficiente, con medicamentos, con atención médica de calidad y gratuito. Porque eso también es muy importante, la gratuidad, nada de cuotas de recuperación o cobrar por la atención médica o por los medicamentos. El propósito es que se garantice el derecho a la salud a quienes no tienen seguridad social.
“(…) Ahora se los van a explicar. Nada más decirles que no tenemos casos, que afortunadamente no ha habido estos casos (de Covid).
“Que estamos actuando con mucha responsabilidad, que no vamos a cometer el error que se cometió en el gobierno (de Felipe Calderón)… ¿se acuerdan que nos pusieron a todos…? no podíamos hablar y, bueno, eso no.
“Y, afortunadamente, repito, no tenemos problema. La fortaleza del virus o lo peligroso que es, está demostrado que no va a acorde con todo lo que se ha manejado mundialmente”.
Hugo López-Gatell, en esa misma mañanera del 11 de febrero se despachó el siguiente mensaje:
“Entonces, estaremos informando. Como dice el presidente, y a mí que me tocó vivir desde el ámbito técnico la pandemia de influenza 2009, les puedo decir es una gran fortuna tener un líder nacional, un presidente, que respeta el ámbito técnico; y que no sólo respeta, sino estimula la transparencia y la veracidad, la mesura en hablar con base en los datos técnicos, porque entonces la información pública la vamos a hacer del conocimiento en tiempo real, como la hemos estado haciendo desde el inicio y siempre hablando con la verdad”.
Una reportera lo interrumpió, peguntándole respecto de los hospitales privados y su colaboración.
López-Gatell respondió:
“(…) No se necesita tener hospitales designados, esto es importante también. Hay mucha mitología en lo que hemos escuchado en la prensa internacional, de que se necesitan construir hospitales especiales o tener centros exclusivamente para el coronavirus. No.
“El coronavirus nuevo 2019, como lo hemos dicho desde el inicio y sigue siendo vigente esta realidad, se comporta como una enfermedad respiratoria de moderada a baja gravedad. Es más leve que la influenza estacional, seguimos en la temporada de influenza, se va a acabar en el hemisferio norte hasta marzo o abril.
“El coronavirus nuevo ha cobrado mucha notoriedad porque es una enfermedad emergente, pero la proporción de grave es la proporción de muertes son semejantes o incluso menores a la influenza, no se necesitan hospitales especializados”.
Y el viernes 28 de febrero de 2020, el versátil López-Gatell declaró:
“Entonces, aquí el llamado a la población es, primero, saber que existe, lo advertimos desde el inicio, esto no se puede contener.
“Ahora, no contenerlo no quiere decir que no se pueda mitigar la trasmisión hasta el grado potencial de eliminarlo. No es una enfermedad grave, en su mayoría estamos hablando de más del 90 por ciento, son casos leves, leves quiere decir los síntomas de un catarro, son indistinguibles de un catarro”.
Y el licenciado López Obrador secundó:
“Primero, que estamos preparados para enfrentar esta situación del coronavirus. Tenemos los médicos, los especialistas, los hospitales, la capacidad para hacerle frente a este caso del coronavirus; en la medida en que se vaya desarrollando, presentando, vamos a atender los casos.
“Se habló que iba a darse esta situación, aquí lo informamos desde los primeros días, lo informó con mucha claridad el doctor Hugo López-Gatell. Y estamos preparados, eso es lo primero.
“Lo segundo es que no se trata, según los diagnósticos técnicos, médicos y me gustaría que sobre eso ahondaran, tanto Hugo López-Gatell y también el doctor Jorge Alcocer -que lo considero una eminencia médica, Premio Nacional de Ciencias- y quiero que se explique con precisión sobre la gravedad del coronavirus. Eso es lo segundo, porque no es, repito, según la información que se tiene, algo terrible, fatal, ni siquiera es equivalente a la influenza, para que todos los que están escuchando tengamos esta información.
“Y lo tercero es de que vamos a estar constantemente informando, como lo hemos venido haciendo, diario se va a estar informando. El doctor Hugo López-Gatell va a estar constantemente informando para evitar, lo digo con toda claridad, que haya amarillismo, que no haya exageraciones para que haya una psicosis de miedo, de temor, porque hay quienes no actúan con ética y vuelan, quienes no informan con objetividad.
“Entonces, decirle a la gente: serenos, tranquilos, tenemos capacidad para enfrentar esta situación. Esos tres elementos”.
¿Qué le parece? Mitología, amarillismo, herencia de neoliberales, culpa del tiradero que dejaron los de antes, los de atrás. A los López sólo faltó decir que era un pinche virus.
Hoy, las cifras de López-Gatell y las del INEGI son muestra de una criminal, sí, criminal irresponsabilidad del subsecretario protegido por el licenciado presidente. ¿Complicidad? ¿Cuántos muertos?, los que sean, finalmente son víctimas de la politiquería que el inquilino de Palacio desprecia pero practica contra quienes piensan diferente.
¿Sólo 119 mensajes de quienes hacen votos por su salud? Calderón, Peña Nieto, Lorenzo Córdova, del INAI, del PAN, del PRI… ¿y los millones y millones de sus seguidores? ¡Ajá!
Dicen que en la prisión y en el hospital se conoce a los amigos. Bueno, tal vez Enrique y Felipe, Lorenzo y Claudio y De Hoyos no lo sean del prócer ni éste los considere así, pero son civilizados, saben hacer política y en su pecho que no es bodega, no anidan rencores y estrategias perversas que pueden escribirse en muchos cuentos. Uno está garabateándose en Palacio. Conste.
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@msanchezlimon @msanchezlimon1