¿QUE VIVA MÉXICO?

Hace algunos meses se había anunciado que el pasado 15 de noviembre se estrenaría, en una conocida plataforma digital,

la película “¡Que Viva México!”, producida por Luis Estrada y protagonizada por el actor Damián Alcazar, favorito del hoy presidente de nuestro país. De acuerdo con el tráiler oficial difundido en YouTube, la cinta retrata el caos que se genera en una familia por la herencia del abuelo. En una de las escenas, el actor principal dice textualmente: “Panchito, cuando pudiste hacer algo por nosotros, no hiciste nada, ahora es tiempo de revancha y es tiempo de que pagues todas tus chingaderas” ¿coincidencia o casualidad? Su estreno se detuvo por diferencias “salvables” entre el productor y Netflix, según ha explicado el autor de “La ley de Herodes”, “El infierno” y “La dictadura perfecta”.

Mas allá de las diversas especulaciones que generó dicha cancelación, todo apunta a que el filme, en esta ocasión, es bondadoso con el actual presidente. En contraste, el mensaje en redes sociales de Guillermo del Toro, otro afamado productor, evidencia la falta de apoyo del gobierno de MORENA al arte y la cultura: “La sistemática destrucción del cine mexicano y sus instituciones -lo que llevó décadas construir- ha sido brutal. Sobrevivimos el sexenio de López Portillo, pero esto no tiene precedente”, escribió en twitter. Es éste un sector más que se suma a la larga lista de defraudados por la transformación prometida.

Joaquín Cosío es otro actor que se ha pronunciado al respecto, al reclamar a López Obrador que se retiraran apoyos a la academia del cine mexicano: “Como era de esperarse, no entienden la cultura ni el arte. Ignorantes. No hay otra palabra”, mensaje enérgico por redes, de quien confío que las cosas podrían mejorar.

Por más que hago memoria, no encuentro en estos momentos un solo sector que esté mínimamente satisfecho con esta administración: salud, educación, cultura, ciencia, tecnología, deporte, seguridad… la lista es larga. Confirmo que el fraude mayor cometido en este país se dio en el 2018, con la llegada del tabasqueño a Palacio Nacional.

¿Que Viva México? No. México se está muriendo poco a poco. El asesino silencioso es el sembrador de odio con máscara de esperanza. 

México está herido, porque le han disparado al corazón de la democracia. Por primera vez en la historia de la Nación, con el uso del aparato del Estado mexicano se autoorganiza un desfile para mostrar lo poderoso que es y reacciona contra los ciudadanos de este país que salieron a la defensa del Instituto Nacional Electoral.

México está herido, por las balas de la indiferencia y la ineficiencia gubernamental. Vemos como todos los días, la corrupción, la falta de transparencia, el “cien por ciento lealtad” ocasionan que la prestación de servicios gubernamentales sea prácticamente inexistente, sin medicinas, sin vacunas, con un mayor número de pobres.

México está herido, porque el presidente se niega a gobernar para todos. Los insultos y las descalificaciones para quienes no compartimos su visión de país son el pan nuestro de cada día. Insiste en dividirnos quien debería ser factor de unidad, nos aleja del diálogo, del encuentro, de la reconciliación y de la paz.

México está herido, por el rencor, el resentimiento y la rabia de quien juró la paz y la prosperidad de la Unión. Vemos como se desvanece la división de poderes, como se invisibiliza la legalidad y el Estado de Derecho, como el país se transforma en la voz de un solo hombre, como se destruyen honras, trayectorias y personas con el poder de la palabra desde el púlpito presidencial.

Resulta inconcebible ver una publicación oficial, que muestra la fotografía de los mediocres servidores federales que se atreven a “celebrar” mil reuniones del Gabinete de Seguridad Pública sin ningún resultado a la vista, justo en la misma semana en la que se dan a conocer las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, que dan cuenta del crecimiento permanente de homicidios dolosos en nuestro país; en la misma semana en la que se asesina al comandante de la Guardia Nacional en Zacatecas; el mismo día en el que una masacre cobra la vida de dos pequeños de 1 y 10 años. Como mexicana, me avergüenza tanta indolencia de quienes viven fuera de la realidad.

¿Que viva México? Sí, pero que viva un nuevo gobierno, uno que esté a la altura de las necesidades de los mexicanos, uno que entienda la pluralidad como riqueza y no como un obstáculo, uno que nos hable con la verdad después de casi 1,500 días de mentiras constantes.

¿Que viva México? Sí, con un nuevo gobierno que se preocupe por sus mujeres, que tenga como prioridad la salud y educación de los mexicanos, que no regatee ni cuestione el esfuerzo de quienes aspiran a vivir mejor, que fomente el arte, la cultura, la convivencia familiar, que respete los derechos humanos y a sus instituciones autónomas.

¿Que viva México? Sí, que empiece una nueva etapa en la que los ciudadanos defiendan con más fuerza sus libertades, respeten las formas distintas de pensar, elijan a sus gobernantes con mayor información, que no acepten la improvisación y la popularidad como parte del servicio público, que exijan mayor calidad democrática, que se involucren en la solución de problemas comunes que se resuelven con el bien común, que no le teman a la autoridad y menos a enfrentarse con el poder.

¿Que viva México? Sí, con otro gobernante en 2024, aquel hombre o mujer que respete las letras libres y las voces críticas, que fomente la unidad de los distintos, que entienda que los problemas de esta Nación solo se resuelven si se escucha a todos, que tenga claro que el pueblo somos todos y que nuestro derecho a manifestar nuestros desacuerdos con la autoridad es una conquista de décadas que debe valorarse; que comprenda que el pasado es solo una referencia que nos ayuda a corregir los errores y a fortalecer los logros.

Termino esta colaboración recordando la maravillosa interpretación de Mercedes Sosa: “solo le pido a Dios que el engaño no me sea indiferente, si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente. Solo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente, desahuciado está el que tiene que marchar…” obligado el 27 de noviembre.

Adriana Dávila Fernández

Política y Activista