25 AÑOS DESPUÉS, BARRERAS QUE CAEN Y OTRAS QUE SE LEVANTAN

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Sin duda alguna, 1989 significó un año repleto de cambios. Esta emblemática anualidad condensó y dio a luz sucesos que trascenderían por su importancia en todo el orbe; la carrera armamentista, espacial y económica que las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial habían comenzado recién aquella había terminado en 1945, llegaba a su fin, no sin antes

convertir a EE.UU. en el ganador de la Guerra Fría y en el hegemónico protagonista del nuevo siglo que ya mostraba sus albores; relegando en contra parte a la entonces U.R.S.S. y anunciando, a la par, la derrota del comunismo y el surgimiento del nuevo orden  mundial. Todo ello condensado en un solo momento: “la caída del muro de Berlín”.

La madrugada del 9 de noviembre de 1989, Alemania volvía a reencontrarse tras 28 años de haber sido separada el 13 de agosto de 1961. Alemania del Este decidió cerrar sus fronteras, erigiendo como consecuencia el Muro de Berlín, separando a familias y amigos de un día a otro. Pero esa noche, la multitud desbordada por el anuncio de las autoridades comunistas de levantar las restricciones de viaje y permitir a los alemanes del este viajar más libremente, terminó en la emblemática demolición de aquella barrera que separó, por casi tres décadas, al pueblo alemán.

Por su parte, en México también se vivían momentos de cambio, hacía un año, en 1988, se había dado una de las elecciones más controvertidas de la historia nacional. Como respuesta, las fuerzas que pugnaban por un cambio radical para dentro de México, comandadas por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, crearon al Partido de la Revolución Democrática, y fue entonces, cuando, el 5 de mayo de 1989, nacía la Izquierda Mexicana, misma que los primeros años presentó un crecimiento exponencial, pero a partir de su segunda década de existencia, comenzó a debilitarse decreciendo en número y fuerza.

Al día de hoy, 25 años después de ese 1989, el mundo sigue celebrando la caída de una barrera como en su momento lo fue el  muro de Berlín, por todo el significado que aquí hemos expuesto. Sin embargo, en el caso mexicano, la barrera ha surgido más fuerte que nunca dentro de la Izquierda, y cada vez se hace más pronunciada; dividiéndola, asfixiándole. Para 2014, el PRD sigue fraccionado en distintas huestes, todas dentro del Sol Azteca, pero a la vez separadas; por un momento se pensó en su reunificación, este año, de la mano de Cuauhtémoc Cárdenas, pero esa fantasía terminó hace algunos días, con la anunciada elección de Carlos Navarrete como dirigente nacional, quien sin duda seguirá apostando por la escisión. Aunado a ello, los recientes escándalos de la filtración del crimen organizado, especialmente el narco tráfico (específicamente, el caso Abarca), ponen al filo del colapso, y en su peor crisis, a la Izquierda Mexicana. A 25 años, mientras unas barreras caen, otras surgen inamovibles.