Donald Trump se encuentra a días de asumir el cargo como Presidente de Estados Unidos y en la misma proporción que el segundero se acerca al 20 de Enero, la incertidumbre crece para México, no por cuestionarnos si hará o no acciones en detrimento de nuestra Nación, pues eso ya ha quedado claro; aún sin tener el
nombramiento correspondiente ha influido en empresas estadounidenses como Fiat Chrysler que ha valorado su retirada del país, o Ford, quienes definitivamente cancelaron la construcción de una planta en San Luis Potosí y se ha permitido además amenazar a agentes empresariales de otras latitudes como Toyota de Japón y BMW de Alemania, mostrando con estos actos su terrible aversión hacia México.
La duda mencionaba, no está en preguntarnos en si hará o no acciones en contra nuestra, sino en plantearnos ¿Cuál será la primera de ellas? en ese contexto y recordando su discurso de campaña, resaltan dos planteamientos: La construcción del muro fronterizo que pretende sea pagado por México (a lo cual el Presidente Peña Nieto ya se ha manifestado abiertamente en contra) y la cancelación o modificación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sobre este último punto, todo parece indicar que será abordado a la brevedad como asunto prioritario en la agenda de Trump, tan es así, que el Secretario de Economía Ildefonso Guajardo se ha pronunciado ya sobre el inicio de los diálogos de renegociación del mismo, mencionando que el resultado de este replanteamiento deberá contener tres premisas: Reconocer los aspectos positivos del vigente, que el nuevo sea en concordancia con los requerimientos del siglo XXI y que los países integrantes tengan ganancias.
Desde el primer día de Enero de 1994 cuando el TLCAN entró en vigencia, hasta el día de hoy, el referido acuerdo ha traído benéficos a México como: El crecimiento de las importaciones que pasaron de 80, 000 mil millones, a 370, 000 millones de 1994 a 2012 y las exportaciones en ese mismo lapso de tiempo incrementaron de 60, 882 millones a también 370, 705 millones, es decir crecieron más de 10% anualmente, para este 2017 México exporta 1 millón de dólares por minuto y el TLCAN fue calificado en 2013 por la Secretaria de Economía como el único tratado firmado por México que es “estratégico”, cumpliendo con las variables de dinamismo comercial y capitación de flujos de inversión extrajera. Hoy sin embargo, todos esos logros se ven amenazados a causa de una política populista y proteccionista, más aun, por la voluntad de un solo hombre, cuya nula experiencia en política no bastó y a través de las circunstancias y los tiempos que vivía Estados Unidos pudo erigirse como presidente de ese país, que dicho sea de paso es el más poderoso del mundo, nuestro vecino y socio comercial más importante.
¿Que nos queda ante esta inminente renegociación? Únicamente defender los intereses de México sin detrimento de los otros firmantes, quienes por supuesto buscaran también su bienestar. Y desde otra perspectiva, este momento puede ser usado efectivamente para modernizar y afinar aquellos aspectos que las nuevas necesidades internacionales demandan, el resultado sin lugar a dudas se dará en la destreza y el interés mostrado en la mesa de trabajo.