CHINA, JERARCA DE LAS REGLAS COMERCIALES GLOBALES

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En los últimos meses, una serie de declaraciones y actos han allanado el camino a la República Popular de China; permitiéndole convertirse a corto plazo, en el próximo artífice de las nuevas reglas globales de comercio.

Como primer indicio, el gigante asiático fue invitado por primera vez al Foro Económico de Davos en Suiza y aprovechando la inmejorable tribuna que representa la cúspide de la elite capitalista,  el presidente chino Xi Jinping se declaró en defensa de la apertura del comercio y la globalización “Algunos culpan a la globalización por el caos en el mundo, pero nuestros problemas nos son causados por la globalización… No habrá ganadores en una guerra comercial; seguir el proteccionismo es como encerrarse uno mismo en un salón oscuro”. En suma, China anunció que a diferencia de Estados Unidos que ha apostado por cerrar sus fronteras comerciales, ha elegido expandirse y con ello marcar pauta en este ámbito.

Menos de una semana después,  el 23 de enero de 2017, Donald Trump en cumplimiento a sus promesas de campaña y como primer acto relevante de su administración, anunció la salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica  (TTP, por sus siglas en inglés) negociación que había tardado más de una década en concretarse y buscaba ante todo el posicionamiento de Washington en la región Asia - Pacifico, a través de la suscripción de una alianza con 12  países de esa zona que representan el 40% del producto interno bruto de todo el planeta excluyendo por supuesto a China en dicho convenio.

Ahora bien, la decisión del magnate además de salvar algunos empleos en la unión americana, vino a beneficiar  directamente a China,  pues ha puesto dos opciones provechosas  en sus manos: la primera por supuesto, es rescatar al TTP y sustituir a Estados Unidos en ese acuerdo,  sobre este respecto mandatarios de Australia y Perú ya se han pronunciado a favor de esta posibilidad y aunque un poco remoto este escenario, convertiría de inmediato a la nación asiática en la columna vertebral de ese acuerdo.

     Como segunda opción, y aparentemente más real, el Gobierno Chino de inmediato ha comenzado a impulsar la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), que es un bloque diseñado para hacer frente al hoy palideciente TTP, el mismo se tiene pensado cubrirá un mercado de 3.400 millones de personas y estará compuesto por los diez países que integran la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), es decir Malasia, Indonesia, Brunei, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas, además de seis países con los que la Asean mantiene tratados de libre comercio: Australia, China, India, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelandia.

     En breve, podremos atestiguar cuál de las dos políticas comerciales instituidas por dos de las potencias mundiales más poderosas resultara benéfica y mejor para cada Nación, lo cierto es que para el inicio de este 2017, China es quien tiene la posibilidad de suscribir las nuevas reglas de juego, pues le han sido entregadas en bandeja de plata.