El presidente de EE. UU., Donald Trump, amenazó el pasado 8 de agosto al Gobierno
con “descertificar”a México por incumplir sus compromisos internacionales contra el narcotráfico, como ya lo hace con Venezuela y Bolivia.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, Trump identificó a 22 países, en su mayoría latinoamericanos y caribeños, como grandes productores o plataformas para el tráfico de drogas, entre ellos México, con lo que hay que agregar al tema de detener la migración extranjera, ahora las acciones en contra del consumidor más grandes de drogas USA.
La respuesta del Presidente López Obrador no se hizo esperar e insistió que no va a confrontarse con el presidente Donald Trump y que el gobierno mexicano promoverá la cooperación y el desarrollo.
Con esto México, mantiene su posición frente a un problema muy añejo que ha tenido altas y bajas, tal como el homicidio en los 80 s de agente DEA norteamericano Enrique Camarena que vivió en gobierno, por cierto siendo Secretario de Gobernación Manuel Barttlet Díaz; otro tema más reciente en la administración de Barak Obama y Felipe Calderón fue el fallido operativo “ rápido y furioso”(2006-2011) que consistió en el ingreso de dos mil armas norteamericanas de manera ilegal en favor de grupos de delincuentes, con el propositivo de dar seguimiento a las acciones de los Carteles en territorio nacional, que terminó en fracaso.
Lo cierto es que el gobierno de Estados Unidos siempre ha manejado la doble moral, porque si no hay consumidores(mercado) jamás existirían los proveedores de las llamadas “drogas duras”, durante décadas poco se ha visto de políticas para evitar el consumo de estas.
Por el contrario, México, viene pagando literalmente con “sangre” la guerra que desde el 2006 vive el pueblo mexicano, porque los grupos delictivos se disputan el negocio y para ello necesitan contar con armamento de alto poder. Solo para poner en contexto este tema, según la oficina de Alcohol, Tabaco, armas de fuego y explosivos (ATF) México recibió 201 mil 396 armas de la cual es el 70% más de 140 mil son de manufactura norteamericana, y lo peor vía un permiso federal de venta de la mismas.
Contrastando lo datos mexicanos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional, en el 2015 10, 456 muertes con armas de fuego, a junio del 2019 llevamos 12 215 homicidios que seguir esta tendencia estaremos hablando que podemos llegar hasta 24 mil.
Más allá de los temas políticos, el gobierno de México viene emprendiendo acciones para frenar la violencia desde el 2006 y las más reciente es la implementación de la Guardia Nacional, pero este esfuerzo se ve mermado, mientras el gobierno de Donald Trump nada haga por frenar el contrabando de armas a México, que nuestro país son consideradas de uso exclusivo de las fuerzas armas, pero para USA es su negocio. Esta es una relación totalmente inequitativa, por ello en coincidencia con el presidente Andrés López Obrador, me sumo a la exigencia de respeto para México.