A pesar de haber firmado México un tratado comercial con Estados Unidos, las barreras comerciales como
han sido en los aranceles, licencias de importación, cuotas, precios de referencia, regulaciones sobre etiquetado de productos, regulaciones sobre estándares técnicos de productos; y, permisos, certificados sanitarios, así como fitosanitarios, han continuado, como presión en diversos intercambios.
En esta ocasión México, a través de su secretaria de Economía, dio a conocer que se prohibirá la importación de maíz transgénico que se utilice como insumo para otros bienes intermedios o productos finales de consumo humano en su mercado interno, no solo tortillas, sino para producir fructosa.
Por supuesto que esta noticia no gustó a los Estados Unidos y sus legisladores (demócratas y republicanos), pidieron un proceso de solución de controversias sobre la prohibición mexicana de importar maíz genéticamente modificado y herbicida glifosato, e intervendrá la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR).
Sin duda esta molestia de los agricultores estadounidenses es muy importante ya que el consumo que México registró de octubre a septiembre de 2020 a 2021 es de un millón 291 mil toneladas de jarabe de maíz de alta fructosa.
El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador ofreció un plazo de dos años para revisar y hacer un análisis no solo por la Cofepris, sino también las instancias estadounidenses, para saber si el maíz transgénico que llega de Estados Unidos resulta seguro para el consumo y salud humanos; pero además fue claro en que nuestro país es autosuficiente en maíz blanco, que es de consumo humano.
Y aunque no descarta que se acuda al tribunal, reafirmó que no se debe ceder y que se tienen elementos para ganar la batalla. Pero Estados Unidos tampoco suavizó su discurso y consideran que tienen una gran relación con el sector agrícola, que puede tener una importante presión política, sobre todo en vísperas del escenario electoral al 2024.
Cabe señalar que hace unos meses el propio López Obrador manifestó que podemos tener relaciones comerciales, pero nuestras políticas las definimos en México y tienen que ver con nuestra Constitución y con las leyes.
Lo anterior refiriéndose al tema energético, donde puntualizó que en este aspecto no se pondría en negociación el dominio de la nación del pueblo de México sobre el petróleo.
Aunque la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés), dio a conocer también que en cuanto a materia energética el gobierno está violando artículos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Así aunado al anterior el problema que fue la modificación de la ley para exigir que el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) priorice la electricidad de varias maneras a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre la de productores privados.
Ahora México se enfrentará a complejas disputas, si no se llega mediante el diálogo a un acuerdo, considerarán el establecimiento de un panel de resolución de disputas; el cual estará en los tribunales de los Estados Unidos y no en los tribunales mexicanos, lo que nos perjudica aún más.
Solo queda esperan en los diversos temas comerciales que tiene México con Estados Unidos que pasará y que afectaciones nos podría provocar de que López Obrador continúe con su decisión en lo energético; y en cuanto al maíz amarillo del país del norte.
Como lo comenté desde un principio, siempre nos hemos visto afectados con las diversas barreras, en especial con las arancelarias, en unos días viene la cumbre de América del Norte entre los Presidentes de Canadá, Estados Unidos y México, con sus respectivos equipos de trabajo y estos serán temas obligados en la agenda de relaciones comerciales,
Eduardo Blanco
Columnista