La elección del 2 de junio le dio al Movimiento de Regeneración Nacional ( MORENA) lo que el PRI tuvo desde su
creación en 1929 hasta 1997, donde pierde la mayoría de la Cámara de Diputados, que es control absoluto del Poder Legislativo para llevar a cabo a partir del 1 de septiembre y en los próximos tres años todas las reformas que quieran y consideran convenientes para consolidar a la llamada 4ª Transformación. La aplastante victoria de las elecciones federales le dio a Claudia Sheinbaum Pardo una gran legitimidad y en la Cámara de Diputados Federal, la mayoría calificada y en el Senado de la República está a un voto de tenerla.
Por ello a muchos, y yo me incluyo, nos ha llamado la atención la posición “ radical” incluso con tintes obsesivos, del Presidente Andrés Manuel López Obrador de llevar a cabo en los próximos 30 días la reforma al Poder Judicial Federal, que en esencia es someter a votación a los Jueces , Magistrados y Ministros y después replicar el modelo en las 32 entidades federativas
Por un lado la presidenta electa, que toma protesta el 1 de octubre se ha empeñado en proyectar seriedad, formalidad y profesionalismo en los integrantes de su nuevo gabinete e incluso llamar a los legisladores de MORENA, PVEM y PT de ir con calma en la reforma Judicial, el Presidente saliente ha llevado al nivel de “ poner en pausa” las relación con los embajadores de USA y Canadá en México, y des oír a todas la voces nacional e internacionales que señalan los riesgos de la elección de los jueces, quienes pueden ser cooptados por el crimen organizado, da la impresión que a alguien le interesa deja una “ bomba de tiempo” a la naciente administración federal de Sheinbaum quien pudiera vivir en los últimos tres meses del año su “ error de diciembre” como en aquel 1995.
Para muestras hay que recordar que antes de las elecciones del 2 de junio el dólar estaba en promedio a $ 16 pesos y hoy está cerca de los $ 20 pesos, así mismo el Banco de México, Banco de México decidió recortar la tasa de referencia en 25 puntos base, para ubicarla en un nivel de 10.75%, sorprendiendo considerablemente al mercado, ya que cerca del 60% del consenso esperaba que la tasa se mantuviera sin cambios. La decisión fue adoptada por 3 votos a favor y 2 en contra.
En el comunicado, Banxico destacó los diversos eventos internacionales que ejercieron presión sobre el peso mexicano, así como la debilidad de la actividad económica en el segundo trimestre del presente año. A pesar de que existen choques que están presionando a la inflación no subyacente, Banxico estima que se disiparán en los siguientes trimestres y que la inflación subyacente continúe con su trayectoria descendente. Con base en lo anterior, el banco central consideró oportuno reducir la tasa de referencia. Previendo la turbulencia política en la que estamos metidos, así las cosas el fin del sexenio.
Eduardo Blanco