Opinión

Sin lugar a dudas la voracidad de poder de Andrés Manuel López Obrador lo ha retratado como un gobernante despiadado, irresponsable, ambicioso, autoritario, soez, totalitario, pero sobre todo, con una brutal mendicidad para disponer de los recursos públicos como le venga su regalada gana como se dice por ahí. Hasta ahora se ha comportado no como un estadista,

Los gobiernos municipales y estatales son los primeros que deben responder a la crisis de la COVID-19 y desempeñan un papel esencial a la hora de garantizar la protección de los derechos a través de la provisión de servicios públicos locales, incluidas las poblaciones más vulnerables que viven en asentamientos informales o zonas marginales dentro y alrededor de las urbes, así como a las personas mayores, mujeres, niños y personas con discapacidad.

#GENTENORMAL la semana pasada comentaba en este mismo espacio que: “¿De verdad alguien pensaba que la Suprema Corte de Justicia de la Nación [@SCJN] iba a prestarse a validar la “Consulta para enjuiciar a los Ex Presidentes?”, ya que desde mi punto de vista con su resolución de hace algunos días no lo hicieron, aunque a bote pronto pareciera que se doblegaron ante el Poder Ejecutivo, y me explico porque:

EL DÍA PRIMERO DE OCTUBRE DURANTE LA “MAÑANERA” EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador destacaba la verdad de lo que hiciera el EMP cuando contó la plática con Cuauhtémoc  Cárdenas donde le comentó que un buen día durante el 68 al llegar a ver a su señor padre, el General Lázaro Cárdenas, cuando llegaba salía de la casa el General Marcelino García Barragán que había llegado a comentarle algunas cosas, entre las que exponía que el EMP había sido el factor vital para la represión en Tlatelolco el Día Dos de Octubre de 1968 y que además durante el conflicto fueron los que generaron la represión y estimularon la violencia durante el conflicto.