Son pocas veces, pero de manera repentina hay atisbos de que el presidente López Obrador admite públicamente que las cosas de la república no marchan tan bien como él mismo con seguridad desea y mucho menos la gente requiere y demanda.
Hace cinco días, por ejemplo, dijo en su habitual conferencia de prensa matutina que tres fenómenos preocupan de manera particular a la mayoría de los mexicanos. Señaló que esto es “importantísimo”.
Aludió a tres asuntos de impacto nacional, y especialmente social, al reconocer que lo que más preocupa a la gente de México es el empleo, el bienestar y el tema de la seguridad.
Estos tres asuntos, sin duda, echan abajo o al menos tocan la coraza del buque presidencial, tan habituado a navegar con buenos vientos y sin que nada y / o nadie perturbe la convicción presidencial de que la 4T avanza inexorable a buen puerto.
Como siempre, el presidente tiene sus propios datos, que emanan de la certeza, aun y cuando un número creciente de voces discrepe y aporte otros datos sustentados de la investigación, la academia o simplemente la observación empírica.
Y sin embargo, la semana pasada, el mandatario admitió que lo que más preocupa a la gente del país pues es nada menos que el empleo, el bienestar y el tema de la seguridad.
Contra lo que ha venido diciendo el mandatario de manera más bien machacona, ahora resulta que hay nubarrones en el horizonte, aún el que se divisa desde el Palacio Nacional.
Imagine usted afable lector (a) lo que significan esos tres temas de preocupación nacional. E imagina aún más que el presidente mismo reconozca, admita, que concentran el pensamiento preocupado de millones de mexicanos.
Dejemos el asunto del bienestar, que a estas alturas ya se ha tornado en la mayoría del territorio nacional, en un tema “fifi”, o reservado para unos cuantos. Le aseguro que pocos, muy pocos mexicanos están enfocados en este punto del bienestar, que en las actuales condiciones socio-económicas de México, es ya prácticamente un tópico de lujo y aún meramente aspiracional, o dicho de otra forma, en un rubro que encandila si acaso a las clases medias, o lo que resta de ellas como consecuencia de la erosión material asociado a la pandemia del coronavirus.
Resultan mucho más críticos los aspectos o rubros del empleo y la seguridad en México. Aún cuando el presidente ha divulgado sus cuentas sobre la recuperación del empleo, bien sabemos que las cifras de asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social indican un déficit todavía importante. Agregue a esto, que los empleos recuperados si acaso pagan salarios menores.
Y en cuanto a la seguridad pública, pues seguimos en espera de que políticas como las resumidas en “abrazos y no balazos”, o la creencia de que el crimen y la violencia son una consecuencia de la falta de oportunidades y aún de la injusticia, pues rindan los frutos prometidos, hasta ahora inexistentes con base en datos duros y aún oficiales.
De igual forma esperamos el efecto del llamado presidencial a los malos para que se tornen buenos so riesgo de que enfrenten una severa reprimenda maternal o se arriesguen a recibir de chanclazos en cualquier momento que colmen el plato de la paciencia.
Así, tres, sí, tres son las grandes preocupaciones de la inmensa mayoría de mexicanos: empleo, bienestar y seguridad. ¿Y entonces? Esto justo cuando ya suman tres años de 4T y esfuerzos de país denodados por pacificar el, darle una nueva grandeza y cosechar bienestar para todos, en particular los pobres, los consentidos como sabemos de nuestro gobierno. Al tiempo.
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@ RoCienfuegos1