El controvertido Vicente Fox Quesada, quien ha dado bandazos al apoyar candidatos distintos a los del partido que lo llevó a la presidencia de México, ha
decidido volver con los suyos, con los azules, con el PAN.
Deja de ser “hijo desobediente”, que es el título de la canción que le gusta, para pasar a ser hijo pródigo. A pesar de su cuestionado comportamiento, lo han recibido con los brazos abiertos y la bienvenida se la dado el dirigente nacional panista Marko Cortés.
Tal como sucede en la historia bíblica que relata la parábola del hijo pródigo, el padre que tiene dos hijos, uno de ejemplar conducta y el otro que se va de la casa y al paso del tiempo regresa a su hogar. En vez de ser reprendido o regañado, su padre hace fiesta por el retorno.
Es el caso de Fox, a estas alturas, cuando ya nada de lo que haya hecho políticamente puede ser reparado, sus compañeros deciden darle vuelta a la página y empezar otro capítulo.
Fox está de nuevo con los panistas. Se ha dado cuenta que el papel de “llanero solitario”, una voz en el desierto, poco aporta, por muy escandalosas que sean sus expresiones.
Ni Vicente Fox ni el PAN pueden echar las campanas a vuelo por esta reconciliación; sin embargo, ya van en el mismo barco y deberán de remar en el mismo sentido, con estrategia colectiva.
Además, con ese ánimo que trae la dirigencia azul de superar diferencias, no hay que descartar que también Felipe Calderón regrese como “hijo pródigo” al panismo.
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@zarateaz1