En México no es ninguna novedad que los hacedores de leyes no cumplan con lo que ellos mismos hacen y por eso, una de las
razones por las que su imagen se ve deteriorada.
Para cualquier ciudadano común, que trabaja en una empresa, si llega tarde o falta, su salario es objeto de descuento. Y si la tarea asignada no la realiza en el plazo convenido, empiezan a prepararle su finiquito, lo más probable es que le den las gracias.
No ocurre así con diputados y senadores, de distintos partidos. Ellos sí pueden llegar tarde o no llegar a su centro laboral. Pueden tomarse todo el tiempo que les convenga para terminar su trabajo, que no es otra cosa que la elaboración de leyes. Tienen que estudiar las propuestas, preparar un dictamen y ponerlo a consideración de todos sus compañeros.
En algunos casos, tienen plazos muy específicos para discutir y aprobar los proyectos, como el presupuesto de egresos 2020. Los diputados tenían que haberlo aprobado el 15 de noviembre pero no lo consiguieron. Y que conste que sus antecesores, diputados, determinaron los tiempos.
Como son los que hacen y deshacen leyes, simplemente decidieron manejar su propio calendario. Al final aparecerá que aprobaron el presupuesto antes del 15 de noviembre, aunque no haya sido así.
También sus propias leyes establecen tiempos para los nombramientos en diversas instituciones y ya se están acostumbrando a no cumplirlos.
Pueden hacerlo, lo hacen, no cumplir con lo que les marca la ley. Nada más que de esa manera, nunca van a mejorar su imagen. Los peor es que los legisladores de hoy, ofrecieron ser distintos.
Por supuesto, a ellos, nadie les va a descontar su sueldo por incumplimiento y mucho menos los van a correr.
Lo único que le queda al ciudadano es ver de qué partido son, para no volver a darles el voto en las elecciones.
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@zarateaz1