Documentales, películas, libros, hipótesis y ensayos en el caso Colosio. Bla, bla, bla, como sucede cada vez que se recuerda el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Episodio negro de la política mexicana, 23 de marzo de 1994.
Después de muerto, se multiplicaron los amigos de Colosio. Muchos con los que apenas cruzó palabra o que nunca estuvieron en su ánimo, resultó que habían sido sus confidentes.
El entonces candidato presidencial priísta era tan discreto, reservado, que no le confiaba secretos ni a su sombra. Incluso, ni a su padre le platicaba detalles de su vida privada ni de la estrategia que seguía para tratar de llegar a la presidencia de la República.
Por eso, una vez que le quitaron la vida a su hijo, Don Luis Colosio Fernández escuchó a quienes en verdad habían estado cerca, para enterarse de lo que hacía y decía el candidato. Después, Don Luis, hablaba como si siempre lo hubiera tenido a su lado.
El colmo es que hubo gente que no toleraba y a la que mantuvo a distancia, que también se apuntó en la lista de los grandes cuates. Y bla, bla, bla, para presumir de lo que nunca existió.
Los que realmente estuvieron cerca de Colosio, se fueron con el dolor de la tragedia a casa y nunca han buscado reflectores. Entendieron y aceptaron que el proyecto de la cultura del esfuerzo estaba aniquilado.
A estas alturas, la única variable es que el hijo de Colosio, Luis Donaldo Colosio Riojas quiere ser presidente municipal de Monterrey, por un partido distinto al de su padre.
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