El mexicano y la calle cerrada.

Hay quienes con exceso de optimismo suponen que sociedades en el mundo han cambiado o van a cambiar en su comportamiento, a partir del impacto causado por la pandemia.

 Dan por hecho que el Covid-19 ha conseguido concientizar a la humanidad, mejorar su comportamiento, ser más respetuoso de la naturaleza y de las leyes, del prójimo.
Creen que el mortal virus que nadie puede ver a simple vista y que tiene capacidad de mutar o transformarse para seguir haciendo daño, hará reflexionar a la población sobre la fragilidad de la vida, la importancia de cuidar el entorno y las ventajas de acatar las reglas de convivencia.
Por desgracia el mundo no ha reaccionado de esa manera, la conducta en general no ha variado.
Estudiosos de la sociología han observado que el comportamiento va a seguir con los mismos defectos y vicios, porque el superarlos o eliminarlos no depende de una pandemia sino de la educación.
Se puede ver hasta en situaciones que pudieran parecer menores.
La ciudad de México es ejemplo, pero puede pasar en cualquier parte.
Debido a obras de repavimentación, la circulación se vuelve restringida en la zona donde se trabaja. Hay cierre de calles, solo funcionan para tránsito local, para quienes viven en ellas.
A pesar de avisos de que está cerrada la calle y de que hay obras a 200 metros, son ignorados por conductores, porque la sociedad no se ha distinguido ni se distingue por el respeto a señales de tránsito. Está claro que su comportamiento no va a cambiar por la pandemia, ni en este caso ni en muchos otros.
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@zarateaz1
arturozarate.com