De acuerdo con el artículo 38 del reglamento de tránsito de la Ciudad de México, la multa por manejar con teléfono celular en mano va de los 2 mil 800 a los 3 mil 400 pesos, en números redondos.
Está prohibido que el vehículo motorizado esté en movimiento y al mismo tiempo el conductor utilice su teléfono.
Quienes lo hacen, quizás les importe poco o nada el monto de la multa o dan por hecho que los agentes de tránsito no se van a ocupar de esta falta administrativa, que se ha vuelto común.
Hay 4.7 millones de automóviles en la Ciudad de México, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Si la falta administrativa la cometieran, muy conservadoramente, mil personas cada día, el monto total por multas sería de tres millones 400 mil pesos; y en medio año o 180 días, llegaría a 612 millones de pesos, cantidad nada despreciable para las arcas o tesorería del gobierno de la ciudad en tiempos de austeridad y cuando más le hace falta incrementar su ingreso.
Quizás los agentes de tránsito ya tienen demasiado trabajo con tratar de agilizar el flujo vehicular, atender accidentes e infraccionar a los que no respetan la luz roja del semáforo como para también atrapar a los que manejan con teléfono celular en mano.
El dinero es lo de menos, lo más valioso y no tiene precio es la vida de quienes conducen de esa manera. Por una llamada telefónica, pueden poner en riesgo su propia vida y la de quienes se cruzan en su camino.
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@zarateaz1
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