Aun cuando la oposición no lo ha dicho ni lo dirá abiertamente, no ve mal la posibilidad de que Omar García Harftuch
gobierne la Ciudad de México. Omar tiene de antemano ganada la aceptación de los distintos sectores de la sociedad, por su trayectoria y desarrollo académico, por su actuación como servidor público.
No se ha radicalizado para ningún lado de la política, puede entenderse y hablar con los de izquierda, con los de la llamada derecha o conservadores y con los que se ubican al centro de la geometría política.
Es quizás el mejor jefe policial que ha tenido la CDMX.
Logró salvarse en 2020 de un atentado.
Si bien tiene sus propios méritos, carrera de abogado, licenciatura en seguridad pública, estudios de especialización en seguridad en la Universidad de Harvard, así como en el FBI y DEA de los Estados Unidos, también la herencia familiar le favorece.
Su abuelo Marcelino García Barragán fue secretario de la Defensa Nacional.
Javier García Paniagua, su padre, empezó haciendo carrera en la Dirección Federal de Seguridad y saltó a la política con éxito. Llegó a ser dirigente nacional del partido tricolor e integrante del gabinete presidencial.
Quienes llegaron a conocer y tratar a su padre, saben que fue gente de palabra, disciplinado.
Por si algo le faltara, la mamá de Omar es la respetada actriz María Sorté.
¿Sus detractores?
No están en la oposición, sino en su propio partido.
La ventaja de García Hartfuch es que está de su lado la que ahora tiene el bastón de mando.
Arturo Zárate Vite
@zarateaz1
arturozarate.com