Fernando “El Toro” Valenzuela fue deportista fuera de serie, originario de zona rural, de un pueblo llamado
Etchohuaquila, de apenas mil habitantes, perteneciente al municipio de Navojoa, Sonora.
De ahí saltó a la fama.
Su paso por las Ligas Mayores de los Estados Unidos dejó huella imborrable.
México, hasta ahora, no ha tenido otro beisbolista que haya brillado como lo hizo Valenzuela.
Con su equipo los Dodgers de Los Ángeles fue campeón al vencer en serie mundial a los Yankees de Nueva York.
Cada vez que se paraba en la loma de los disparos, era un espectáculo, llenaba estadios.
Millones de mexicanos lo vieron por televisión, disfrutaron sus hazañas, como la vez que lanzó juego sin hit ni carrera contra los Cardenales de San Luis y también cuando ganó el tercer juego de la serie mundial contra los Yankees.
Como lanzador perfeccionó como pocos el “screwball” o “tirabuzón, para dominar a la mayoría de bateadores.
Fue tal su éxito y empatía con el público que dio lugar a la “Fernandomanía”, en sus mejores tiempos como pitcher.
Admirado y adorado, en México y en los Estados Unidos, sobre todo por los aficionados al beisbol.
Hasta ahora, el actual gobierno no ha dicho cuál es su deporte favorito.
Para el anterior ni duda cabe que fue el beisbol.
De cualquier manera, “El Toro” merece un gran homenaje.
Seguramente las autoridades deportivas lo harán como se lo merece Valenzuela.
Como bateador, llegó a conectar dos cuadrangulares, cosa rarísima en un pitcher.
Sin duda, fenómeno del beisbol.
Arturo Zárate Vite
Twitter y TikTok: @zarateaz1