Las réplicas del terremoto aún siguen, no hay día en que Oaxaca o Chiapas resientan los caprichos del subsuelo, el recordatorio es firme: en un par de minutos la vida puede cambiar para todos, vamos, hasta en Tabasco que no temblaba ya se prepara, no solo para las inundaciones sino para sismos cada vez más fuertes. Las lecciones son muchas y habremos de llenar nuestra hoja personal con las que mejor nos queden, pero en medio de la desgracia y el recuento de la tragedia debemos realizar un leal reconocimiento a todos aquellos que sacan lo mejor de sí mismos y determinan no ser solo observadores sino actores de primera línea, comenzamos por el Gobierno Federal, al cual se le podrá
escatimar reconocimientos en muchas áreas, pero que ha mostrado la estatura necesaria para saber qué hacer en los minutos y horas siguientes a el terremoto de 8.2.
El jefe del ejecutivo no esperó un solo instante y desde el Centro Nacional de Desastres llevó de la mano toda la sinfonía de respuestas ante lo que comenzaba a dibujarse como una tragedia histórica, nadie descansó esa noche del jueves 7 de septiembre, un Carlos Valdés, especialista en estos temas sirvió como faro en medio de la turbulencia y fue su conocimiento el que mejores respuestas ofreció a prácticamente todos los espacios informativos, el accionar de nuestras fuerzas armadas fue implacable, no solo merecen nuestra gratitud sino el mayor de los reconocimientos por ser ellos los primeros, soldados, marinos, fuerza aérea los que dan una mano a los demás en medio de las construcciones caídas, y así nos podemos ir con todo ese universo de seres humanos que supieron conformar uno de los puentes más nobles de asistencia, médicos, enfermeras, voluntarios, rescatistas, bomberos, policías federales, transportistas, empresarios, donantes, medios de comunicación, el engranaje perfecto para reconocer que a pesar de nuestras fracturas expuestas los mexicanos sabemos hacer cuerpo.
Nadie quiere un terremoto, nadie desea amanecer con la casa en el suelo o con familiares muertos o desaparecidos, pero las condiciones del país son estas y debemos aceptar y aprender a vivir con ellas, hoy recordamos el 19 de septiembre del 85,en un año será el 7 de septiembre del 2017...pero más allá de un tema de conocimiento es justo voltear a ver a los que hacen posible que la reacción de un Gobierno Federal o estatal se dé, a seres humanos que no duermen, que viven la angustia de las horas y que ante ponen todo con tal de ver con vida a otros mexicanos...
Los ladrillos se repondrán, mas casas serán levantadas. La vida seguirá, pero que nunca se nos olvide que hay buenos, muy buenos mexicanos siempre dispuestos a brindar una mano. Ese solo hecho ya nos hace distintos