¡Los del INE traen muchas ganas de ponerle una dosis de caos a este de por si desastroso proceso electoral, mire que prohibir los debates en este periodo de inter-campañas hace que uno levante las cejas preguntándonos el por qué demonios tiene que ser así! Ya padecemos los indigestos spots, mismos que limitan nuestra capacidad de elección, lo suficientemente lobotomizantes como para considerarlos dañinos para la salud, pues a
pesar de que los estamos sufriendo, el INE rechaza uno de los ejercicios más oxigenantes en cualquier proceso electoral, uno que abre el campo para conocer realmente a aquellos que desean gobernarnos , mirar hacia dentro de sus ideas y conceptos es mucho más útil que tener que recetarnos cancioncitas o frases huecas y de autocomplacencia que no arrojan más que una megalomanía absurda de esos personajes. Es hora de cruzar lanzas entre Meade , Anaya y Lopez Obrador, de subir ahora si a los independientes, aunque estos no concluyan la aduana de las firmas, saber de qué calibre son las propuestas de margarita, y que está enfrente al jaguar o al bronco ,colocar una mordaza no solo atenta en contra del derecho máximo del espíritu de la democracia, la cual, de por si se ha mexicanizado tal y como lo vemos con un INE que opera como el brazo de una burocracia de los 70 s .los del INE quieren organizar que terminan desorganizando. El modelo electoral mexicano tiene tantas esquinas filosas que termina por convertir un proceso electoral en un campo minado, lleno de letras chiquitas que prohíben, aunado a que los partidos políticos son auténticos costales de mañas especializados en sacar ventaja entre las grietas de la ley, sea para tiempos oficiales o recursos económicos. Por ello, para evitar que los candidatos se inflen con monólogos y e spots con verdaderos mensajes sobre sus intenciones políticas es que se debe cambiar la estrategia, menos mensajes inútiles en radio y tv y muchos más debates , con reglas claras y auténticos moderadores y no cronometritos sonrientes , debates que sean auténticos exámenes públicos para medir la capacidad de tolerancia, inteligencia y respuestas de los aspirantes a cualquier cargo, desde la presidencia de la republica hasta abajo. Si la democracia no goza de la libertad necesaria para llevarse a cabo no vale la pena y esto lo deberían saber los faraónicos consejeros del une y su presidente.