37 años de edad, Juan Fernando "N". El tipo tenia dos ordenes de aprehensión por abuso sexual en contra de dos menores, pero ¿por qué andaba libre? Porque se puede, y por esa mexicana condición de tener uno de los aparatos de justicia mas
paquidérmicos, corruptos, porque, allá en Nuevo León, a alguna autoridad no se le dio la gana de intentar cumplimentar esa orden de aprehensión.
Andaba libre y desde esa bolsa protectora que la misma justicia de brindo es que pudo raptar, violar, asesinar e ir a tirar el cuerpo de Ana Lizbeth Polina Ramírez, una pequeñita de ocho años, quien por un descuido de la madre fue secuestrada por esta bestia este domingo pasado a las 7 de la tarde...
Las periciales hacen referencia de que la mato por la noche de ese mismo domingo...las autoridades municipales de Juárez, Nuevo León, avisaron hasta el día lunes a la fiscalía… más de doce horas para activar la Alerta Amber. La niña ya estaba muerta, al igual que la reacción de los municipales...
Pero esta fichita, Juan Fernando "N" ya había estado en prisión, 7 años por el mismo delito...debía mas, pero no lo quisieron agarrar, solo el tiempo y forma abrirían la posibilidad para que volviese a cometer su bajeza, violar y matar a la pequeña de 8 años...
Cansa, fastidia repetir el mismo discurso, saber que estas historias terminan así por que los niveles de impunidad en el plano de la justicia son brutales, que este sub-humano puede culminar esta vileza por que detrás se armo una lista de omisiones, de negligencias que dieron calle ancha a un sujeto que traía dos ordenes de aprehensión, que ya había sido procesado por ese mismo delito y que en este país, con vagos intentos de un nuevo sistema de justicia penal que es incapaz de darle seguimiento a un depredador sexual, y peor, que dicho aparato de justicia no tiene ni la voluntad ni el deseo de ir por aquellos que a pesar de ser buscados (es un decir) andan tan libres como para repetir sus fechorías...
En México, a todas horas, en cualquier punto de nuestra geografía se cometen podridos actos en contra de nuestros niños, que una menor puede ser arrojada a el infierno de los abusadores sexuales, cosa que parece conmover a pocos, en México aprendimos a decirnos indignados pero con carga descafeinada, sin mayor acción, sin mayores consecuencias, hasta que le pasa a alguien cercano, hasta que aparecen las pequeñas Paulettes, que por su alta condición economía y el drama mediático que se teje en torno a ellas es que nos sentamos frente al televisor y nos decimos conmovidos por esas desgracias...
Lo diré una vez más, el que una niña de ocho años, como Ana Lizbeth Polina sea abusada sexualmente y pierda la vida asfixiada nos tocó a todos en el ámbito de las responsabilidades, a la madre por no cuidarla, a las autoridades de Nuevo León por no haber enjaulado a tiempo a su verdugo, a el que no envió la Alerta Amber a tiempo, a la sociedad que se conforma con re-twittear creyendo que así se solidariza con la familia de la víctima, a la clase política de este país que es incapaz desde todos los ámbitos de transformar nuestra realidad legal y a un país entero que voltea hacia el otro lado sin conmoverse ni elevar la voz mientras racimos de niños y niñas en México son violados, explotados sexualmente o asesinados.