Que alguien les avise que ya terminó la campaña política, Andrés Manuel López Obrador ya no es candidato y los empresarios no le están revirando al puntero de las encuestas…aguas.
Demasiada tensión sobre la mesa no ayuda a nadie, el presidente electo sabe que el país no está en bancarrota pero necesita regresar al manejo de la agenda para ir matizando lo que no podrá cumplir, y con esto no nos referimos a la falta de capacidad del próximo mandatario, no, sencillamente estamos entrando al mundo de las realidades y no de las expectativas ¿a alguien le sorprende esto? Y los empresarios deberán entender que un solo hombre, Andrés Manuel no podrá llevar este barcote a algún puerto sin la participación de los que generan empleos y hacen que el dinero circule.
Seamos claros, México está enfermo por la corrupción por un disfuncional sistema de justicia , por la violencia, por las abismales diferencias sociales…y ningún gobierno, ni el que entra ni cinco más podrán cambiar este panorama sin el apoyo de los empresarios y demás poderes facticos. Los diagnósticos abundan en la mesa, pero también la fuga de responsabilidades ¿quiénes son los culpables de que México se encuentre en esta situación? Todos , de alguna manera todos hemos contribuido a que las cosas no pinten bien, pero hay rangos en esto de las culpas, y nadie puede negar que han sido los políticos los principales actores de muchas de nuestras desgracias, sin olvidar que se debería revisar el papel de los empresarios y preguntarnos realmente cuántos de estos han decidido por pagarle mejor a sus empleados o han buscado que la calidad de vida de quien contratan mejore.
México se encuentra políticamente en bancarrota, que es distinto, pues si nos atenemos a la macroeconomía brotaran los argumentos sobre las grandes reservas en dólares, se nos dirá que a pesar del baile que el dólar le pone todos los días al peso este aun es fuerte, se nos dirá misa y al final todo cuadrara en el mundo de los genios tecnócratas y habremos de agachar la mirada y decir: pues si, en realidad no estamos tan mal, gracias!.
Vayamos al día a día de los mexicanos y abramos los bolsillos, ahí está la radiografía de nuestros padecimientos: gasolinas caras, artículos de primera necesidad por las nubes, salarios de burla, ingredientes que pudren la cotidianeidad de millones de mexicanos que ven con tristeza una vida mediocre y condenada a continuar en la miseria.
México se encuentra políticamente en bancarrota porque nos hemos rodeado de muy malos gobiernos, de excesos, con personajes que extraviaron a propósito el decoro y se lanzaron a poblar un mundo de lujos y grandes negocios, terminando por despreciar a los ciudadanos. El próximo presidente llega siendo un hombre muy poderoso, y podrá modificar algunas cosas, pero en su poder esta la debilidad, y esta radica en la burbuja de expectativas , son tan altas que cualquier caída podría ser mortal para su gobierno. Situación que no conviene a un país que busca mayor estabilidad y el regreso a la paz.